Una ofensiva federal dirigida a combatir el narcotráfico de cuello blanco ha culminado con el arresto de importantes figuras en el organigrama criminal que se encargaban de vender y distribuir cantidades millonarias de droga en lo que forma parte de una estrategia para ampliar el campo de acción de las investigaciones criminales.

Además de las pesquisas que giran en torno a los puntos de drogas y los cabecillas de las organizaciones del crimen organizado, el plan de acción en contra del contrabando de estupefacientes se está encaminando a detener y procesar a profesionales, empleados públicos, artistas, entre otras figuras que participan activamente en el tráfico de sustancias controladas, pero que se escudan bajo el manto de respetabilidad de su círculo social.

Según se desprende de algunas versiones extraoficiales, la estrategia aparentemente dio en el blanco esta semana cuando las autoridades detuvieron a seis individuos que intentaron realizar una transacción millonaria con un agente encubierto de la Agencia federal Antidrogas (DEA) en los kioscos de Luquillo. Los presuntos narcotraficantes, algunos de ellos profesionales, pretendían comprar un alijo de 150 kilos de cocaína a $2.4 millones. A uno de los acusados, identificado como Luis Antonio Castillo Soto, se le vincula a la farándula y entre los detenidos aparentemente hay un ingeniero y un empleado del Gobierno.

“Estamos hablando de narcotraficantes de cuello blanco y se está tratando de atacar la guerra en todos los frentes”, dijo una fuente conocedora del tema.

Según se detalla en la declaración jurada del agente encubierto, Castillo Soto se reunió con él en un Sam's de Humacao para negociar los detalles de la transacción el pasado 20 de julio. Ambos aparentemente se volvieron a reunir el 24 del mismo mes en el centro comercial Olympic Plaza de Las Piedras, para ultimar la venta. El pasado martes, el presunto promotor cayó junto con los otros cinco individuos.

La declaración del agente sostiene que Castillo había acudido a la zona de los kioscos junto con los otros cinco acusados para comprar 138 kilos del presunto alijo. Habían transportado $600,000 en efectivo en un vehículo y pretendieron llevar los restantes $1.8 millones a otra localidad para completar la transacción.

El operativo de Luquillo forma parte de una serie de arrestos contra otros narcotraficantes que se dedicaban a la compraventa de sustancias controladas al por mayor.

El pasado 5 de agosto un esfuerzo interagencial desarticuló una organización con satélites en Puerto Rico, la República Dominicana, Nueva Jersey y Nueva York que se especializaba en comprar y revender altas cantidades de cocaína y heroína. Los brokers contaban con una línea de distribución que podía manejar solicitudes de cargamentos millonarios.

Los operativos contra los narcos de cuello blanco surgen por una necesidad de atacar el lavado de activos producto de las drogas, que ha fortalecido los vínculos entre Puerto Rico y los mercados de dinero sucio en Colombia.