El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) continúa llevando a cabo los estudios de rigor para establecer la identidad de los cadáveres de una mujer y un joven hallados el domingo pasado y este martes, en la carretera PR-833 del barrio Santa Rosa II, en Guaynabo.

Familiares de Jeymi Liz Franco Maldonado de 18 años y de Jean Carlos Márquez Rosario de 19 años, iniciaron el proceso para su identificación como parte de la compleja pesquisa sobre la desaparición y sus muertes.

Además de establecer su identidad es fundamental para los investigadores conocer la causa y manera de su muerte, para definir ciertos ángulos de la pesquisa.

Betsy Rivera, portavoz de prensa del ICF, indicó que en el caso de la mujer se intentó corroborar su identidad utilizando radiografías dentales, pero como no se logró, procedieron con las pruebas mediante análisis de ADN.

Mientras que, en el caso del joven, se le tomaron muestras bucales al familiar autorizado para poder identificarlo con el mismo método científico.

Durante el día de hoy los agentes continuarán entregando órdenes judiciales a compañías de telefonía como parte del proceso de triangulación de los teléfonos celulares de amistades, familiares, compañeros de trabajo y allegados de los dos jóvenes en busca de conocer si Jean Carlos estaba en el vehículo que abordó Jeymi Liz la última vez que fue vista con vida y si los acompañaban otras personas.

Este es un método que permite saber dónde se encuentra un teléfono celular porque detecta a qué antena se encuentra conectada esa unidad en un período de tiempo específico para establecer mediante cálculos la ubicación en un radio de varios kilómetros.

Durante el día de ayer los investigadores citaron para ser entrevistado al novio de la amiga de Jeymi Liz, con quien la joven dijo que estaría durante la tarde del jueves comprando ropa en dos centros comerciales de Carolina y San Juan, pero este llegó acompañado de un abogado y no respondió preguntas.

La colaboración de la ciudadanía ha sido casi nula en este caso por lo que el director del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón, capitán Ricardo Haddock, reiteró su llamado a colaborar para el esclarecimiento del complejo caso.

Para confidencias puede llamar a la línea del Negociado de la Policía (787) 343-2020 o al teléfono (787) 269-2030 extensión 1615.

“En otros casos anteriores muy complejos hemos podido esclarecerlos gracias a la cooperación de la ciudadanía, pero en este caso han sido muy pocas las confidencias”, lamentó el capitán.

De acuerdo a la pesquisa, el cadáver que se teoriza es el de la joven, quien laboraba como empleada de mantenimiento en la escuela Santa Rosa III, en Guaynabo, fue hallado por su suegro, el domingo pasado, en un risco a unos 25 a 30 pies de profundidad, en el kilómetro 7.8 la carretera PR-833 en el sector El Siete de esa comunidad.

Los agentes ocuparon las imágenes de un vídeo de seguridad en el que se observaba a la mujer abordando un Toyota Corolla, color blanco, de un modelo atrasado, que le faltaba uno de los tapabocinas del frente y sus conocidos les informaron que era igual al que manejaba Márquez Rosario, quien era allegado al novio de la amiga de la desaparecida.

El joven acudió al cuartel de Dajaos a reportar el robo de su auto, pero debido a las incongruencias que surgieron con su testimonio fue citado a comparecer al día siguiente para ser entrevistado en la División de Vehículos Hurtados de Bayamón y no apareció.

Su familia finalmente lo reportó como desaparecido el domingo y este lunes encontraron su automóvil quemado en el kilómetro 1.7 de la carretera PR-833 en Guaynabo, para esa fecha Márquez Rosario figuraba como persona de interés en la pesquisa.

Según la querella radicada por su progenitora el sábado, él estuvo compartiendo en una actividad con la familia de su novia. La muchacha lo dejó a las 11:00 p.m. en la cancha de baloncesto del sector Huertas en el barrio Santa Rosa II y no lo volvieron a ver, hasta la tarde del martes cuando encontraron un cadáver durante una búsqueda en un precipicio a 130 pies de profundidad en el kilómetro 6.4 de la carretera PR-833, en Guaynabo.

El cuerpo que se cree es el de Jean Carlos estaba en estado de descomposición y vestía un pantalón corto y un par de tenis. En la escena se ocupó en la escena un par de espejuelos y un reloj.