Mediante pruebas de material genético realizadas en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) se pudo establecer que el torso encontrado el pasado 21 de enero a la orilla de la Laguna San José en Barrio Obrero era el de Carmen Maldonado Grajales.

La mujer de 46 años había sido reportada desaparecida por su hija y vista con vida por última vez en el residencial Las Margaritas, también en Barrio Obrero.

A la escena, de hecho, acudió su hija solicitando información e incluso le indicó a los agentes de Homicidios que su madre tenía un tatuaje de un dragón en la espalda. Debido al avanzado estado de descomposición en que se encontró el torso no se pudo ver el tatuaje.

Este medio supo por medio de una fuente con conocimiento de la investigación que Maldonado Grajales vivió en Estados Unidos junto a un hijo que fue asesinado por individuos que, supuestamente, viajaron allá desde Puerto Rico. El caso es investigado por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI).

Tras la muerte violenta, la mujer regresó a la Isla y días antes de su desaparición acudió al residencial El Mirador, de Barrio Obrero, donde comenzó a gritar que ciertos individuos allí eran responsables de la muerte de su hijo. Esto provocó que vecinos del lugar se comunicaran con su hija para que la sacaran del lugar. Esa hija la recogió y la llevó al residencial Las Margaritas.

Esa misma noche, Maldonado Grajales fue vista salir de Las Margaritas con otro hombre y nunca más se supo de ella.

El resultado de estas pruebas descarta que el torso fuese el de Liza Damaris Ruiz Sánchez, masajista terapeuta de 35 años también desaparecida y de quien se desconoce su paradero desde el 31 de diciembre.

Tanto la familia de Maldonado Grajales como la de Ruiz Sánchez prestaron material genético al ICF para identificar el torso.

 El vehículo de Ruiz Sánchez, un Mazda 3 gris, fue recuperado chocado el domingo en el barrio Barrazas, de Carolina. Hoy, martes, el auto sería inspeccionado en la Comandancia de Carolina por personal del ICF.