Guayama. Antonio Calixto, padre de Christine Calixto Ramos, todavía no sale de su dolor y no puede perdonar al asesino de su hija, el ex policía municipal Andrés Vega Bermúdez, quien fue ayer sentenciado a 109 años de prisión.

“Estoy complacido con la determinación del juez, pero ya nada me devolverá a mi hija”, dijo el hombre tras escuchar la sentencia del juez Héctor Vázquez Santisteban.

Su hija de 20 años fue asesinada de dos disparos mientras estaba en su residencia del sector Colonia Providencia de Patillas.

Calixto elogió el trabajo del Ministerio Público y agradeció todo lo que se hizo para hacerle justicia a Christine.

Por su parte, el magistrado expresó que el caso fue difícil, emotivo y triste, por el que dos familias sufren.

“Me da lástima su caso, pero la pena me la da la ley”, le expresó el juez al convicto, quien en un momento se afectó emocionalmente.

Éste le manifestó que lo recuerda como un policía ejemplar y trabajador.

“Pasará tiempo para que la familia de Christine lo perdone: en algún momento van a tener que perdonarlo”, comentó Vázquez Santisteban.

Asimismo, le dijo que busque el perdón de Dios, aunque sea detrás de los barrotes.

El convicto tuvo la oportunidad de expresarse antes de ser sentenciado y, llorando, pidió perdón y misericordia.

“Manché el uniforme de la Policía, a los abogados y mis amigos, les pido perdón a la familia y mi familia”, sostuvo el hombre.

Del mismo modo, expresó cabizbajo que él no es así y que su vida quedó “hecha cantos”.

“No hay paz en mi corazón, ni la va a haber”, sostuvo antes de escuchar que pasará el resto de su vida tras las rejas.

Por otro lado, el fiscal Juan Carlos Martin se mostró satisfecho con la sentencia impuesta.

“Este caso fue muy triste porque era una joven que empezaba a vivir”, dijo el fiscal. “Las palabras de agradecimiento de los familiares nos reconfortan y estimulan para seguir trabajando con más fuerza”, destacó Martin.

La pareja mantuvo una relación por dos años, tiempo en que protagonizaron varios incidentes de violencia.