La bailarina Dulce pagará multa de $250 tras su detención por prostitución
El fiscal Pedro López aceptó un acuerdo y la reclasificación del delito.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
PUBLICIDAD
La vida de Brenda Liz Pérez Betances "Dulce" tuvo hoy otro momento de agraz, después de que el juez Harry Massanett Pastrana, del Tribunal de San Juan, determinara esta mañana que la bailarina deberá pagar una multa y una pena especial, que suman $250, tras haber sido detenida en febrero pasado durante una redada en Santurce contra la prostitución.
La mujer, de 24 años y que lucía cambiada, llegó con puntualidad al piso 11 del Centro Judicial de Hato Rey, donde esperó paciente el inicio de la vista, que estaba programada a las 9:00 de la mañana. "Dulce", vestida con mahones ajustados, camisa blanca que dejaba ver sus hombros bronceados y que exhibía pelo rizo largo (con extensiones), sólo se dedicó a hablar por celular.
Una vez que llegó su abogado, Efraín González Ortiz, la joven, quien protagonizó un escándalo a mediados del año pasado año por fotografiar desnudo al cantante mexicano Pablo Montero, se sentó, solitaria, en la penúltima fila de la sala 1103. Estaba perfectamente maquillada para la ocasión y con pocas prendas: unas pantallas plateadas y una pulsera de cuentas en su muñeca izquierda.
Pérez Betances, tras sentarse junto a su abogado, y ya ante el juez, miraba fotografías del centro nocturno donde fue arrestada y repasaba con el licenciado algunos artículos del Nuevo Código Penal. No había ánimo de confrontación entre las partes, considerando el delito menos grave cometido por la mujer, por lo que el fiscal Pedro López aceptó un acuerdo y la reclasificación del delito.
La mujer, con un cinturón negro que resaltaba por una hebilla en forma de "G" llena de diminutos brillantes, se plantó ante Massanett Pastrana, pero apenas se escuchaba su voz, por lo que el juez debió advertirle que sus declaraciones estaban siendo grabadas y necesitaba que hablara más fuerte.
Tímida ante la autoridad, la bailarina de cabaret señaló, en forma casi inaudible, que aceptaba la culpa por el nuevo delito: proposición obscena. "Soy culpable, su señoría", atinó a expresar la mujer, quien el 11 de febrero pasado fue detenida junto a 38 personas en una redada realizada en varios negocios de la capital.
El juez, quien no necesitó escuchar el testimonio escrito del agente Edgardo Meléndez Silva, de la División de Drogas de San Juan, la condenó a pagar una multa de $150 y una pena especial de cien dólares. Pérez Betances tendrá cinco días para cumplir con el trámite.
La bailarina escuchó parada y con los brazos cruzados a su espalda la decisión del tribunal y con repetidos "sí", que apenas se escuchaban, aceptó lo que el juez le iba señalando respecto de las formalidades judiciales de la determinación.
Entonces, sin más, salió de la sala. "Estoy contenta, porque terminó todo", afirmó a Inter News Service (INS).
"Estoy satisfecha con lo que se decidió y feliz porque acabó este período. ¿Qué voy a hacer? No sé, quizás haga otras cosas", añadió Pérez Betances antes de desaparecer en el ascensor y dejar atrás un nuevo capítulo judicial en su vida. Esta vez no fueron fotografías ni acusaciones de extorsión y sí los habituales gajes del oficio.