El flujo de confidencias que está recibiendo la División de Homicidios de Caguas, en torno al asesinato el martes por la noche, del teniente de la Policía, José A. Córdova Montañéz, en medio de un asalto en el negocio de su tío en San Lorenzo, ha sido lento en las pasadas horas.

El capitán Miguel Santiago, director de la Rama Investigativa de la Región de Caguas, indicó que toda la información que han recibido sobre el caso es analizada minuciosamente por los investigadores, quienes aún no han obtenido pistas firmes que les ayuden a dar con el paradero de los dos ladrones que mataron al oficial de tres impactos de bala en el pecho.

“Quisiéramos que se hubiera esclarecido desde el mismo día, pero lamentablemente usan máscaras porque ya saben que la Policía tienen diferentes métodos de detectarlos mediante investigación científica y se cuidan”,  comentó el oficial.
Como parte de la pesquisa han identificado a ex convictos que en el pasado han cometido robos de manera similar, añadió.

En este caso, los delincuentes que asaltaron el negocio estaban enmascarados y vestían camisetas de manga larga, lo único que pueden presumir los testigos es que eran jóvenes. Los ladrones dejaron el auto en el que huyeron estacionado a cierta distancia del negocio para que tampoco fuera detectado.

Según el capitán, este tipo de delincuente, que en el pasado ha sido detenido por la comisión de algún delito toman más precauciones al momento de volver a violar la ley.
Cualquier información bajo estricta confidencialidad será recibida a través del (787) 343-2020 ó al (787) 744-7251 a la extensión 4044, en el CIC de Caguas.

“Las confidencias han sido pocas, necesitamos más cooperación de la ciudadanía”, expresó Santiago.

El velorio del teniente será en la funeraria Las Mercedes, de San Lorenzo, pero aún no se conoce la hora.

Ismael Córdova, tío del oficial, narró ayer entre lágrimas que los delincuentes llegaron a pie al local, ya que estacionaron su vehículo a un hectómetro de distancia del negocio y los sorprendieron anunciándole un asalto.

Uno de los dos enmascarados forcejeó con el comerciante que le entregó $190, mientras que el segundo le indicó a los dos clientes en el lugar que se tiraran al piso y encañonó al policía, que llevaba 32 años de servicio.

“Fue una cosa inesperada, a él no le dio tiempo de defenderse, simplemente se identificó como policía y al identificarse ahí le hacen los disparos…Cuando les entrego el dinero me tiraron al piso también, pero ya lo habían impactado a mi sobrino”, se lamentó su tío.

El teniente visitaba el negocio de su tío a diario ya que iba a visitar a su padre, paciente de Alzheimer, que vive en la parte posterior del lugar.