Se jactaba de ser el cuñado del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, frente al agente encubierto al que le vendió dos medios octavos de kilo de cocaína, y cuando llegó el momento de su arresto, le rogó lloroso a su padre: “Llama a Tommy”.

Pasadas las 2:00 de la madrugada de ayer, un contingente de la sección de Empresa Criminal, de la División de Crimen Organizado de la Policía, arrestó a Marcell Alfonso Urbina, de 36 años, mejor conocido como “el Gordo” y quien es hermano de la esposa de Rivera Schatz. La Policía lo sorprendió mientras dormía en la casa de sus padres, ubicada en la carretera #176, intersección con el camino el Mudo, en Cupey. Contra el hombre pesaba una orden de arresto, con una fianza de $150 mil expedida por la jueza Lady Buono de Jesús, por violación a la Ley de Sustancias Controladas.

Alfonso Urbina fue identificado por la Policía como el administrador de un punto de drogas en Cupey, que operaba desde el negocio El Gordo LQ Store, abierto hace un año y que estaba localizado al lado de la casa de sus padres.

Fue en el concurrido bar donde se alega que sin disimulo alguno le vendió los dos medios octavos de cocaína a un agente encubierto, a un costo de $3,200. Lo hizo en dos transacciones: el 16 de septiembre y el 1 de octubre de 2010.

A pesar de que “el Gordo” estaba dispuesto a continuar vendiéndole drogas al agente, se desistió de comprarle la cocaína porque los investigadores entendieron que con esa muestra, grabada como evidencia, era suficiente para presentarle las acusaciones.

El superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, indicó que se le notificó la noche antes que se iba a efectuar el arresto y, a las 2:20 a.m., cuando le confirmaron que fue detenido, llamó al presidente del Senado para informárselo. Dijo que Rivera Schtaz le respondió: “Buen trabajo”.

Pero, no especificó si su llamada fue la primera en notificarle o se recibió después de la del padre de Alfonso Urbina.

“Nadie está por encima de la ley, y debemos erradicar el narcotráfico de nuestra sociedad para el beneficio de nuestras familias y todo nuestro pueblo. Mantengamos nuestra fe y confianza de que lograremos una mejor calidad de vida y un Puerto Rico libre de crimen y narcotráfico”, señaló Rivera Schatz por escrito.

La vehemencia con la que condenó las actividades delictivas de su cuñado contrastan con la defensa de sus amigos, el ex senador Héctor Martínez, convicto por corrupción en la esfera federal, y el alcalde de Vega Baja, Edgar Santana, quien enfrenta un juicio por corrupción próximamente.

El arresto de su cuñado fue parte de una redada en la que se pretendía desarticular dos organizaciones criminales dedicadas a la venta de sustancias controladas y armas en el bajo mundo, que operaban en Cupey y Caimito.