Es un diagnóstico que puede salvar una vida, aunque el mal no es una enfermedad física, sino los actos de maltrato que adultos cometen contra niños.

El abuso se puede presentar mediante la distribución de traumas en distintos planos corporales que podrían estar en diferentes estados de evolución. No se trata de casos aislados.

Anualmente, en Puerto Rico, mueren entre cinco y siete niños por abuso físico, y la mayoría de ellos tienen menos de dos años de edad. La principal causa de muerte: traumas en la cabeza. La segunda causa para las fatalidades se relaciona con golpes en el abdomen que pueden lacerar otros órganos.

Pero, según indicó la ex directora del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) María Conte Miller, muchas de las muertes se pudieron haber evitado. “Lo que vemos consistentemente es que no es un episodio aislado de maltrato, que hubo la oportunidad de prevenir el desenlace”, indicó Conte, uno de tres expertos que el próximo 25 de abril ofrecerá el taller Maltrato infantil: Detección temprana para la protección del menor en el hotel DoubleTree Hilton, en San Juan.

Según explicó la especialista, los golpes accidentales de los menores tienden a centrarse en las partes salientes del cuerpo, como la quijada, la punta de la nariz y las rodillas.

No obstante, los golpes de maltrato generalmente presentan heridas dentro del cuerpo.

Además de Conte, los otros conferenciantes serán la pediatra y ginecóloga Linda Laras y el investigador forense Wilberto Rivera Espinell.

Las caídas libres de dos a tres pies de distancia no producen muertes en niños. 

Los niños menores de dos años de edad se encuentran en una situación sumamente vulnerable porque no pueden hablar ni defenderse ante el  abuso físico.

La mayoría de las mentiras para esconder el maltrato se relacionan con caídas, peleas entre hermanos y objetos que caen.