No pudo contener las lágrimas al hablar sobre la muerte de su hija de 11 meses de nacida. Su voz se entrecorta y agita sus brazos en un gesto de desesperación.

Se para a pocos pasos del lugar de la tragedia. El olor del incendio impregna todo el vecindario. La fachada se ha ennegrecido por las llamas que sellaron el destino de la criatura, Ana Camila Rivera Pérez.

La menor murió en un incendio que devoró la residencia de sus abuelos paternos ubicada en Country Club, en Carolina.

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La investigación del Cuerpo de Bomberos apunta a que el fuego se originó por velas en un altar, pero ahora se intenta determinar si alguien pudo haber cometido algún acto de negligencia.

José Rivera Santana, de 29 años de edad y padre de la infante, no se encontraba en la casa cuando se originó el fuego, pero una vez llegó, intentó infructuosamente rescatar a su hija en medio de la vorágine.

Logró acceso a la residencia por la marquesina. Intentó caminar debajo de un espeso humo. Sus brazos presentan algunas raspaduras que sufrió en su intento por socorrer a la criatura. Pero nadie pudo salvar a la pequeña en su cuna a tiempo.

Aparentemente, el fuego se propagó por varias habitaciones de la casa en cuestión de segundos. Hubo una explosión, mucho pánico y gritos. En la residencia se encontraban varios familiares que también hicieron todo en su poder para salvar a la bebé.

“Esto es un dolor que yo no sé explicar”, indicó Rivera Santana, un cocinero que actualmente ayuda a su progenitor en trabajos de albañilería.

Las autoridades ayer entrevistaban a varios familiares de Rivera Santana. Sus padres, al igual que su hermano y la esposa de este, se encontraban en la casa cuando ocurrió el fuego. Todos aportaban para el bienestar de la bebé y todos están sufriendo la pérdida.

Rivera Santana aseguró que la bebé era bien cuidada en la residencia de sus padres. Contó que esta dormía en una cuna en su cuarto, en la misma habitación en la que se encontraba cuando se registró el fuego. También señaló que su familia regularmente vigilaba la condición de la infante, aun cuando dormía dentro de la habitación.

Rivera Santana se encontraba separado de su esposa, Beatriz Pérez, de 20 años, aunque antes de que aconteciera la tragedia, la pareja intentó reconciliarse.

Rivera Santana cuenta que en ocasiones se llevaba a la menor, que llevaba varios días durmiendo en su casa, mientras enchapaba pisos con su padre, ya que no la quería perder de vista.

“Yo la quería demasiado. ¿Por qué esto me pasó a mí? De verdad, no sé. Yo trabajaba y mi nena siempre estaba al lado”, indicó Rivera Santana, quien aseguró que su madre no es santera, como se informó inicialmente.

“Me tiré al piso, pero cuando llegué allá, no pude hacer nada. Esa casa explotó”, aseguró el cocinero al reiterar que la tragedia fue un “accidente”.

“Mi hija era una bendición de Dios. La verdad es que estoy desbaratado. A mi hija nunca le faltó nada... Yo me quemaría y moriría por ella, por estar a su lado”, indicó.

Los hechos ocurrieron a las 9:54 a.m. de hoy, mientras la bebé dormía en el apartamento construido en madera, cemento y zinc.