Sheila Marie Class Oquendo, de 23 años, contó este lunes el grave estado de salud y físico en que quedó su hijo de un año y ocho meses tras permanecer varias horas al cuidado de una pareja de amigos.

“Él tenía esta mano (la izquierda) trinca, tenía la pierna izquierda trinca, su boca estaba de lado babeando, este ojo (el derecho) estaba cerrado y el izquierdo estaba haciendo movimientos involuntarios”, contó la mujer durante su testimonio en el Centro Judicial de Carolina como parte de la vista preliminar que se sigue contra Olvin García Santiago, por cargos de maltrato de menores, tentativa de asesinato y violación a la Ley de Armas; y contra su pareja, Kadicha Pérez Rohena, imputada de maltrato.

La joven describió que antes de dejar al niño al cuidado de la pareja imputada, su pequeño “estaba de lo más bien jugando”.

“Confié en los dos”, declaró Class Oquendo ante el juez Javier Varela del Centro Judicial de Carolina.

Los presuntos hechos ocurrieron en agosto de este año en Trujillo Alto, pero García Santiago y Pérez Rohena fueron acusados en septiembre. La pareja permanece en libertad bajo fianza desde entonces.

La mujer declaró que el niño sufrió sangrado craneal, estuvo en coma inducida, entubado, con una cuellera, moretones en diferentes partes del cuerpo y los médicos llegaron a decirle que le quedaban 72 horas de vida. Sin embargo, el menor sobrevivió el maltrato que, según la investigación policiaca, se debió a unos golpes propinados por García Santiago. Class Oquendo dijo que su hijo no podrá recuperar la visión en un hijo, y recibe diversas terapias para atender los problemas neurológicos que persisten tras los hechos.

Class Oquendo contó que ella era amiga de García Santiago y Pérez Rohena por mucho tiempo. Detalló que a él lo conocía de una iglesia a la que asistía y a la mujer desde la escuela intermedia.

La mujer testificó que a principios de agosto, su mamá comenzó a trabajar y no podía cuidarle al nene. Entonces, como ella también trabajaba, acordó con Pérez Rohena –quien también es madre- que le cuidara al pequeño por 25 dólares semanales.

La joven madre dijo que le vio los primeros golpes al infante -unos moretones en los ojos y la boca violeta- el 18 de agosto. “Ella (Pérez Rohena) me dijo que se cayó de una litera en casa de una tía, que lo puso a dormir en la cama de arriba”, indicó.

“Yo comencé a decirle que eso no parecía una caída, porque allí había otros nenes, un primo de ella, y pensé que le habían dado. Ella me dijo que no”, testificó Class Oquendo a preguntas de la fiscal Maritza Valero, quien estaba acompañada por el también fiscal Juan Catalá.

Class Oquendo dijo que no lo llevó al médico porque Pérez Rohena le dijo que la tía era enfermera, que lo examinó, le puso una pomada y le dijo que “gracias a Dios” los golpes solo eran musculares. La madre dijo que en los días subsiguientes el niño estuvo alegre en su casa y “de lo más bien”.

Entonces, contó la testigo, el 23 de agosto le volvió a dejar a su hijo bajo el cuidado de Pérez Rohena, quien lo tuvo hasta el 24 de agosto. Como la madre no tenía carro, le envía un mensaje de texto temprano en el día para que le llevara de vuelta el nene, y la imputada le respondió que más tarde porque ella se iba de compras al centro comercial Plaza Carolina, que el niño se quedaría con su esposo García Santiago.

Luego, dijo Class Oquendo, “A las 5:11 p.m. ella me textea que el nene se tomó un bibí y lo vomitó y se desmayó” y cuando Pérez Rohena la recoge para ir al hospital y vio a su hijo “yo me quedé en shock” por los golpes que le vio.

Ese 24 de agosto el menor fue llevado al Hospital San Jorge, donde Class Oquendo relató a los m;edicos lo que le dijo Pérez Rohena de que el niño sufrió golpes el 18 de agosto en una caída. “La doctora me dijo que no, que esos son hematomas recientes, que no llevaban más de cinco horas, y vino otro doctor y me dijo que esos son marcas de maltrato”, testificó la madre.

Poco después, Pérez Rohena se fue del hospital y desde el 25 de agosto no tuvo más comunicación con Class Oquendo.

Del hospital San Jorge, el bebé fue llevado al Centro Médico, contó la madre.

Luego, en el contrainterrogatorio, los abogados de defensa Marcos Rivera y Juan Ríos sacaron a relucir que el nene tenía asma cuando su amiga comenzó a cuidarlo, así como que supuestamente tenía piojos y que supuestamente Pérez Rohena contó que la mamá del bebé se lo entregó con moretones, lo que la testigo negó. Supuestamente, tampoco pagó los $25 acordados.

Además, cuestionaron si la abuela del nene había amenazado con hacerle daño al niño, a lo que Class Oquendo reconoció que una vez, pero hace casi un año, por lo que llegó a ponerle una orden de protección. Testificó que su madre estaba en el programa de corte de drogas y que “ha cambiado mucho”.

La próxima testigo de la fiscalía será la agente Karen González, de la división de Delitos Sexuales y Maltrato a Menores de la Policía en Carolina, quien supuestamente obtuvo admisiones de los hechos por ambos imputados. El licenciado Rivera ha anticipado que impugnará la validez de esas declaraciones.

La vista preliminar continuará el 8 de diciembre a las 2:00 p.m.