El juicio contra Jillian Anne Alexander Meléndez, la mujer acusada de fraude e impostura por hacerse pasar por trabajadora social y usar un niño ajeno para hacer creer a su expareja que era hijo de ambos y cobrarle una pensión, tuvo su segundo día de juicio con la presentación de varios testigos de la fiscalía, incluyendo a la madre del menor.

Nancy Martínez Marcano, la madre del niño que ahora está cerca de cumplir tres años, reiteró la trama narrada el día antes por el hombre al que se le hizo creer que el niño era suyo, y que, aunque parezca de novela de ficción, es un caso real que se ve por tribunal de derecho ante el juez Alberto Pérez Ocasio.

Sin embargo, durante el contrainterrogatorio del abogado de Alexander Meléndez, el licenciado Richard García Pérez, entró en contradicciones sobre llamadas telefónicas que habrían hecho ella y su esposo, Juan Carlos Cordero Falcón, con el hombre al que se hizo creer que el niño era suyo, José Antonio Cruz Batista, y esposa Fabiola Otero Retamar.

Según ha trascendido durante las vistas del caso, la acusada conoció a Martínez Marcano hace unos años, y, haciéndose pasar por trabajadora social federal, habría comenzado a cuidar del menor desde que tenía unos dos meses de edad. Paralelamente, habría hecho creer a su expareja, Cruz Batista, que el niño era un hijo producto de la relación de seis meses que habían sostenido ambos. Por esos hechos, Alexander Meléndez enfrenta cargos por fraude e impostura.

Durante el interrogatorio que hizo el fiscal Orlando Velázquez Reyes, Martínez Marcano repasó los eventos del 3 de septiembre pasado, cuando se produjo el encuentro con Cruz Batista en una estación del tren urbano, mientras ella iba con su esposo y el niño.

En ese momento, indicó, conoció por primera ocasión al hombre, al que su hijo saludo cariñosamente y llamó papá.

“Se acerca el caballero, al que no conocía. Y mi hijo lo saluda como si lo conociera de antes. Se soltó de la mano mía y fue a abrazarlo y le dice papá. Yo le pregunto quién es, y el me dice que es el padre del niño, que lo tuvo con la señora Jillian Anne”, relató. “Le digo que eso era imposible, que allí estaba presente el padre, que era mi pareja hacía años. Pero se pusieron en conflicto”.

Contó además que conoció a la acusada en junio de 2017, cuando se presentó donde vivía entonces junto a su madre, en un estudio en Villa Palmeras, y se presentó como la trabajadora social que iba a ver el caso de mi hijo.

“Me pidió documentos, el seguro social, la carta de vacunas, certificado de nacimiento mío y de mi hijo. Se comportó como una profesional”, explicó. “Se le entregó los documentos, y ella me pidió llevarse a mi hijo para un chequeo, que era necesario para el caso, para poder entregarme las ayudas”.

Agregó que la acusada se llevó al niño una vez por semana durante unos dos años. Dijo que en muchas ocasiones le pidió acompañarla cuando se llevaba al niño, pero que le decía que no podía, “que era solo mi hijo”, y cuando le insistía “me decía que iba a poner desacato porque no estaba siguiendo las reglas”.

Martínez Marcano indicó que, durante el incidente en la estación del tren, llamó a Alexander Meléndez para cuestionarle, y le dijo que “supuestamente era un agente federal que me estaba investigando, que me fuera y que no llamara a la Policía”.

Añadió que ese mismo día, en la noche, la acusada fue a su casa, “y me dijo que, por seguridad, tenía que cambiar el número de teléfono”. Contactaron a la compañía telefónica “y ella dijo que era una agente federal y que había que cambiar el número”.

Como exigían pagar por el cambio al momento, Alexander Meléndez llamó a una tercera persona para usar su tarjeta de crédito para hacer el pago.

Comentó que durante el incidente conoció también a la esposa de Cruz Batista, y que intercambiaron los números de teléfono y se llamaron luego, para entonces hacer la querella el día 5 de septiembre.

También hizo referencia a un suceso en un hotel de San Juan, en el que la acusada los citó a ella, su esposo, su mamá y el papá de su esposo, para hacerle firmar unos documentos, pero “nunca me dio copia de los documentos que me hizo firmar”.

En su turno, sin embargo, el abogado García Pérez confrontó a Martínez Marcano con registros telefónicos que pusieron en duda sus declaraciones sobre los hechos.

Si bien le contestó en la afirmativa a preguntas del abogado sobre si había dicho antes, y se reiteraba en ese momento, que antes de la hora del incidente en la estación de tren, a eso de las 2:30 p.m., no había tenido comunicación con Alexander Meléndez, los registro mostraban otra cosa.

“Usted declaró en la vista preliminar en alzada, como lo hace hoy, que no habló con mi clienta antes de las 2:30 p.m. Sin embargo aquí tenemos ocho llamadas, y hay una conversación casi ininterrumpida de 30 minutos”, reclamó el abogado.

También la llevó a contradecirse en cuanto a las llamadas sostenidas con la acusada durante y después del incidente en la estación del tren. “Ahora dice que hubo varias llamadas, por WhatsApp y por llamada regular. Pero en su declaración jurada no dice nada de eso, ni en ninguna de las tres vistas. Lo dice hoy por primera vez”, cuestionó el abogado García Pérez.

Asimismo, le cuestionó cómo, luego de que había ocurrido el incidente en la estación del tren y sabía ya del supuesto engaño, le permitió luego en la noche entrar a su casa y cambiar su número de teléfono.

“O sea, después que descubre que alegadamente es un fraude y que la engañó, ¿la deja entrar a su casa? ¿Y le permite cambiar su número de teléfono?”, preguntó el abogado.

También la confrontó con las horas que decía que había recibido a la acusada en su casa y lo que mostraba el registro de llamadas, poniendo a Martínez Marcano otra vez en contradicción.

“Usted misma había declarado antes que es absurdo que hable con mi cliente por teléfono estando ambas en el mismo cuarto. O sea que podemos concluir que mi clienta no estaba a esas horas en su casa, porque estaba hablando por teléfono con usted”, sostuvo el abogado.

A preguntas del fiscal en el redirecto, Martínez Marcano defendió sus acciones de dejar entrara a Alexander Melendez a su casa luego del incidente en la estación de tren, indicando que “tenía mis dudas, con todo lo que había ocurrido, y no podía creer que una persona que se presentó como profesional fuera a hacer algo así con mi hijo. Y le dejé cambiar el número (de teléfono) porque ella me decía que era por cuestión de seguridad”.

También declararon la abuela materna del niño, Ana María Marcano, y el abuelo paterno del niño, Ricardo Cordero Quiñones, quienes corroboraron ambos la historia de que Alexander Meléndez se hacía pasar por trabajadora social federal y se llevaba al niño con ella, así como que les hizo firmar unos documentos en un hotel de San Juan que supuestamente eran del caso del niño. Cordero Quiñones sostuvo que al menos en dos ocasiones, señalado a hombres engabanados, la acusada alegó que andaba con escolta de agentes federales, porque “tenía varios casos peligrosos”.

Por último, se sentó también a declarar la agente que recibió la querella el 5 de septiembre de 2017, Indiana Rivera, que describió todo el proceso de las declaraciones de los implicados en la denuncia, y sostuvo que “el menor estaba presente y llamaba papá a su papá biológico y al querellante Cruz Batista”.

La agente también describió las gestiones que hizo para averiguar y constatar que Alexander Meléndez no aparecía registrada como trabajadora social en el Colegio de Trabajadores Sociales, así como para dar con ella y citarla a comparecer ante las autoridades.

Por su parte, el abogado le cuestionó a la agente Rivera, por qué a pesar que su cliente acudió a la cita en la fiscalía “alguien allí decidió que no la iban a entrevistar, y no la entrevistaron”. La agente respondió que ella la había entrevistado en su casa, antes de citarla.

El caso debe continuar este miércoles, cuando se espera se siente a declarar el último testigo de la fiscalía, así como los de la defensa, que serían solo dos o, en caso de que finalmente decidiera declara la acusada, tres.

El abogado García Pérez adelantó que, aunque prefería que declarara, podría prescindir de uno de sus testigos, porque ya se había estipulado el documento sobre el que hablaría.

El juez anticipó que en la tarde podrían escucharse las argumentaciones finales, e incluso podría estar en posición de emitir el fallo el mismo día.