La huella de La Pantera de Caimito quedó impresa tras la masacre de la gallera La Campesina, ocurrida ayer de madrugada en la carretera #833 del barrio Guaraguao, de Guaynabo.

La cruenta guerra callejera cobró la vida de cuatro personas y dejó el saldo de un herido.

Al lugar llegaron cuatro hombres, liderados por uno de los integrantes de la desarticulada pandilla del convicto federal Ángel Gregorio Falero Vázquez, alias “Goyo”, notorio por ser el dueño de la pantera que sembró el terror en Caimito, que llegaron a los predios de la gallera con el encargo de “fumigar” a varios individuos.

La gallera estaba de fiesta, ya que allí fue organizada una actividad por un policía municipal de San Juan, en la que había bailarinas nudistas y se contrataron hasta guardias de seguridad, según la Policía.

Mientras que otros vecinos del sector aseguraron que había jugadas de gallos por el ruido habitual, pero no se escuchaba la alegada fiesta.

A la una de la madrugada, los cuatro individuos llegaron al lugar y abrieron fuego indiscriminadamente, cobrando la vida de tres vecinos del barrio Guaraguao de Guaynabo, aficionados al deporte de los gallos.

Al lado derecho del frente del negocio fue baleado Frankie Monge Mercado, de 25 años, y a unos 60 a 80 pies de distancia hacia el lado izquierdo, fueron perseguidos cuesta arriba, hasta ser asesinados los primos Eliseo Nieves Guzmán, de 25 años, y Yovaniel Hernández Vélez, de 19 años, cuyos cuerpos cayeron al lado de un auto Toyota Tercel, color crema, del 1987.

El vínculo de las víctimas con la balacera no había sido establecido por los investigadores de la División de Homicidios de Bayamón.

En su huida, en una guagua Toyota Tacoma color oro, con la tablilla 792-419, otros sicarios en la escena les dispararon, alcanzando a Ricardo Concepción Ortega, de 29 años, alias “Ricky”, quien fuera miembro de la pandilla de Goyo, en el sector Caimito.

De camino, mientras transitaban por la carretera 836, dispararon contra un auto Mitsubishi Lancer para que se saliera de su paso, chocando al vehículo, el cual se volcó.

Sus ocupantes resultaron ilesos.

Un poco más adelante, el vehículo Toyota Tacoma, reportado hurtado en el sector Las Vegas de Cataño, se detuvo por desperfectos mecánicos tras el choque y sus pasajeros abordaron una guagua Mitsubishi Outltander color gris, de 2007, registrada a nombre de un ciudadano de Guayama.

Dentro de la guagua los investigadores ocuparon una pistola Glock .45 y al lado, en la carretera, dos cargadores, un celular, una bala de rifle AK-47. Había sangre en su interior y masa encefálica, además de decenas de casquillos.

Los hombres llegaron hasta el Guaynabo Medical Mall, adonde llevaron a Concepción Ortega, de 29 años, quien tenía un impacto de bala en la cabeza.

El herido fue transportado por paramédicos al Centro Médico de Río Piedras, donde lo certificaron muerto. La Policía Municipal de Guaynabo detuvo para investigación a los tres hombres que lo llevaron al CDT.

Éstos fueron identificados como Melvin Martínez Gerena, de 26 años, de Guaynabo; Francisco Cádiz Camareno, de 20, y Rolando Carrasquillo Maldonado, de 22, ambos vecinos del sector Caimito, en Río Piedras.

Concepción Ortega tenía en un bolsillo $1,868 y dos cargadores con diez balas calibre .40.

Al Centro Médico fue transportado por un familiar en un Toyota Corolla de 1995, con una herida de bala en la pierna derecha, Manuel Colón Fernández, de 21 años, residente de la calle Paraguay, de Hato Rey.

Tras varias horas de espera para accesar el interior de la gallera, donde se presumía que había iniciado el tiroteo, los agentes no encontraron otra escena violenta en el lugar.

“Estaba limpio, en el gallerín había como un basurero”, comentó el director regional de Bayamón, José Vázquez.

Por su parte, el secretario del Departamento de Recreación y Deportes, Henry Neumann, anunció la suspensión temporera de la licencia de la gallera mientras se realice la investigación.

El agente de Homicidios Balwin Alvarado y la fiscal Aileen Patiño investigaron el caso.