La racha de asesinatos que asedia a Bayamón mantiene alarmados a los ciudadanos y visitantes quienes coincidieron, durante un sondeo informal de Primera Hora, en que se sienten impotentes. 

En los pasados seis días, 11 personas han sido asesinadas como resultado de una guerra por el control del narcotráfico entre caseríos que se libra hace varios meses y que se intensificó durante este fin de semana. En la ciudad de Bayamón han asesinado este año a 41 personas, cifra que duplica la cantidad reportada a esta fecha en el 2016. 

La comisionada del Negociado de la Policía, Michelle Hernández, indicó que no está en sus manos decidir si se van a militarizar los complejos de vivienda pública que están en conflicto en Bayamón. 

“No es una conversación, no sería a mi nivel, sería algo con el señor (Héctor) Pesquera (secretario del Departamento de Seguridad) y el gobernador (Ricardo Rosselló Nevares)”, se limitó a responder la funcionaria, quien corroboró que los tiroteos están vinculados con el narcotráfico, pero no saben si están relacionados entre sí. 

Preocupados por su seguridad

Aníbal Ramos, un porteador público de Bayamón, estuvo a punto de pasar por el área de uno de los tiroteos este miércoles. El incidente se reportó en la calle 4 de la urbanización Hermanas Dávila, donde fue asesinado Michael Matos, del residencial Alegría, mientras transitaba en un vehículo. 

“Vengo como a eso de las 12:00 del mediodía del barrio Piñas hacia Bayamón, el municipio estaba limpiando escombros y me desviaron, y cuando llego al Cuartel de Barbosa (Bayamón Oeste), oigo el tiroteo por la calle donde yo iba a pasar. Suerte que nos desviaron; yo iba con tres pasajeros más”, narró nervioso Ramos. 

En ese momento solo le pudo decir a sus pasajeros que se tiraran al piso porque se quedó frío al escuchar las ráfagas de disparos. 

“Qué me voy a seguir seguro, si antier encontraron uno pica’o en cantos… Lo que pasa es la situación que estamos viviendo, la Policía la están ocupando en las luces y ahí es que se aprovechan ellos, están los guardias ocupados”, manifestó en torno al macabro hallazgo reportado frente a los residenciales Alhambra y Virgilio Dávila. 

Rosa Rivera, vecina de Bayamón hace 22 años y porteadora pública, le recomendó a la ciudadanía que por su seguridad se resguarde temprano en su residencia para evitar ser víctima de la criminalidad. 

“Esto está un poquito violento, pero yo entiendo que las autoridades están ocupadas en otras cosas. Hay muchas emergencias en el día de hoy. Yo trabajo en la calle, es preocupante de verdad. Yo creo que nadie se siente seguro en la calle”, sostuvo Rivera. 

María Esther Ortega, quien es vecina de Cataño, pero con frecuencia utiliza Bayamón como puente de trasbordo para hacer sus gestiones, reconoce que, al igual que en el pueblo donde reside, la criminalidad está “bien rampante”. 

“No me siento segura, porque en cualquier momento puede surgir algo. Las cosas están bien malas. Yo vivo en Cataño y allá las cosas no están buenas, es terrible también en Cataño. Esto está fuera de control”, dijo. 

Jorge Ramos es residente en Toa Baja, pero todos los días llega hasta Bayamón en ruta hasta su trabajo en Miramar. 

El ciudadano conoce en carne propia lo que es la criminalidad, porque hace alrededor de siete años su padre fue asesinado en medio de un asalto en una agencia hípica en la urbanización Magnolia Gardens en Bayamón. 

Ante la racha de asesinatos no se siente seguro. 

“Está fuerte porque han matado mucha gente últimamente… a mí me mataron a mi papá en una agencia hípica, estaba jugando caballos y entraron a asaltar y lo mataron hace como unos seis o siete años. Agarraron al que fue, en este caso agarraron al asesino”, expresó con un nudo en la garganta. 

Hace 73 años que Aníbal Otero Pagán reside en la Ciudad del Chicharrón. 

A sus 93 años lo ha visto todo y no le teme a la criminalidad. Dice que vive seguro en Bayamón, aunque reconoce que es alta la tasa de asesinatos. 

“Vivo seguro aquí, yo no me meto con nadie… Hoy en día lo más que hay en Bayamón es mucho asesinato, mucho delincuente que los cogen hoy y lo sacan enseguida. Al delincuente hay que saberlo castigar, ¿quién tiene la culpa?, los padres”, manifestó mientras rememoraba la importancia de la crianza de los hijos.

Migdalia Ayala, de 62 años, vive en Dorado, pero llega hasta el municipio bayamonés para brindarle transportación a su nieta, para que no camine sola a su casa ya que le preocupan los tiroteos recientes. 

 “Esto no estaba así antes… no respetan la vida de los niños, de los adultos, de los ancianos, especialmente, porque se les meten en sus casas, los asaltan, es un abuso”, aseveró preocupada. 

De su lado, el estudiante de la Universidad Interamericana, Gabriel Duque Acosta, de 20 años, quien a diario utiliza el transporte público desde Dorado, dice que tampoco se siente seguro ya que ha visto poco patrullaje policíaco. 

“A veces uno tiene que tener cuidado porque no se siente seguro, pero he escuchado compañeros aquí que cuando ya son las 7:00 de la noche empiezan a robar. A veces lo que hago es que le pido ayuda a algún compañero para que me dé transportación y me lleve a casa ya que me queda lejos”, puntualizó.

Sobre los planes a corto plazo para atajar la ola criminal, la Comisionada del Negociado de la Policía indicó que han llevado a cabo arrestos e incautaciones de sustancias controladas y armas de fuego en varios de los residenciales en guerra. 

También dijo que ha impartido directrices para que los agentes adscritos a las Divisiones de Homicidios, Robos y Agresiones del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón regresen a sus tareas luego de estar asignados a escoltas y al control del tránsito en los semáforos sin energía eléctrica. 

El alcalde de Bayamón, Ramon Luis Rivera Cruz, quien anteriormente había exigido a la comisionada Hernández que tomara acción inmediata para bajar la incidencia de delitos, no estuvo disponible para reaccionar.