Las causas de la muerte de la niña Deborah Jiménez Díaz, de seis años y quien fue víctima de abuso sexual por un familiar, siguen siendo un misterio.

Las fiscales del caso se reunieron ayer con el pediatra que atendió a la menor una semana antes de su muerte y examinaron los resultados de una prueba de sangre que se le hizo en la que se reflejaba que la niña pudo haber padecido de una condición viral.

Según el coronel Francisco Vázquez Marrero, director regional de Bayamón, el médico le entregó a la familia de la menor un segundo referido para hacerle otras pruebas de sangre y así corroborar los hallazgos de la primera prueba. Pero, esto no se le hizo.

“Esperamos por las pruebas del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para que certifique la causa de muerte”, dijo Vázquez Marrero, al insistir en que la menor estaba enferma y que ésa pudo haber sido la causa de muerte, ya que preliminarmente la autopsia que le practicó la patóloga Irma Rivera reveló que no presentaba traumas.

Aunque un primo adolescente de la nena habría admitido que cometió actos lascivos en entrevista con las fiscales del caso, los investigadores no han descartado aún a otros adultos que vivían y visitaban la vivienda de su abuela.

“Se entiende que las fiscales, en su interrogatorio, lo condujeron a eso y el agente estuvo presente. Sin embargo, ante nosotros no ha habido esa admisión”, sostuvo Vázquez.

Todavía es objeto de pesquisa el conocimiento que tuvo la familia del abuso sexual, ya que la menor estaba desatendida porque su madre trabajaba de noche manejando un camión, para entregar medicamentos.