El hallazgo de sangre y restos de tejido humano y cabello en la azotea del hotel Marriott, en Condado, provocó que la Policía investigue como una muerte sospechosa el deceso de un hombre que cayó la noche del viernes desde el techo de la hospedería al área de la piscina.

En un principio, se reportó el incidente como un suicidio, pero al verificar el cadáver, los agentes notaron que el occiso presentaba varias laceraciones en la parte posterior y superior de su cabeza, en la oreja derecha, así como una herida abierta en la frente.

Un agente del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) subió a la azotea —en el décimo nivel del edificio— de donde se presumía que se había lanzado el hombre, identificado como Carlos Vargas Quiles, de 47 años y vecino de Bayamón.

En el techo, el agente encontró manchas de sangre y, en una estructura parecida a un extractor, halló cabello y restos de tejido humano, que se presume son de Vargas Quiles y que fueron recuperados por investigadores del Instituto de Ciencias Forenses.

Al momento de su muerte, Vargas Quiles vestía un pantalón largo negro, una camisa de manga larga negra, corbata y gabán, y había dejado su auto en el estacionamiento multipisos del hotel.

No se informó si Vargas Quiles trabajaba en el hotel o la razón por la que se encontraba en la hospedería.