El fiscal federal Jonathan Gottfried presentó hoy, lunes, una por una las fotos del cuerpo descompuesto, atado e hinchado de Keishla Rodríguez Ortiz cuando fue levantado por las autoridades en la laguna San José en San Juan, el 1 de mayo de 2021.

Cada una de las 11 fotos, tomadas por el personal del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), fueron descritas por el agente investigador Manuel Colón Ruiz, de la División de Crímenes Mayores de la Policía de Puerto Rico, quien sirvió como el noveno testigo del Ministerio Público durante el juicio contra Félix Verdejo Sánchez.

“Se trataba de una fémina de tez blanca, cabello largo lacio marrón y rubio, la cual vestía una camisa azul de print de nubes y animalitos”, dijo el agente Colón Ruiz.

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En las imágenes, se veía el cuerpo boca abajo, atado desde el cuello hasta los pies. Aunque no se le vio el rostro, si se observó la piel con moretones de la joven de 27 años, quien fue asesinada el 29 de abril de 2021.

Mientras mostraban las desgarradoras imágenes, el padre de la víctima, José Antonio Rodríguez, y el hermano, Jonathan Román Ortiz, -quienes han seguido todo el proceso judicial contra Verdejo Sánchez- estaban evidentemente afectados. Al mostrar una de las fotos, ambos tuvieron que salir de la sala número tres del Tribunal Federal en San Juan donde se lleva a cabo el juicio.

“Se tomó la determinación de transportar el cuerpo a Ciencias Forenses, por el tipo de amarre, no sin antes pedirle al personal del ICF que le colocara bolsas de estraza en las manos para preservar cualquier tipo de evidencia que nos ayudara”, explicó Colón Ruiz sobre la identificación del cuerpo.

Luego del hallazgo del cadáver, el agente se dirigió a la casa de la madre de Verdejo Sánchez -en el sector Antigua Vía, en Cupey- para ocupar el vehículo Dodge Durango, color negro, propiedad del acusado, dado a que había recibido “información de que esa Dodge Durango había estado estacionada, días previos, en el puente Teodoro Moscoso”.

Tras no obtener respuesta al tocar la puerta de la mencionada residencia, pidió una orden de allanamiento para ocupar la guagua, que fue recibida a eso de las 2:00 a.m. Entonces, el agente Colón Ruiz procedió a sellar las puertas del vehículo, para preservar la pureza de la evidencia, y se remolcó.

No obstante, para poder ejecutar la orden de registro y allanamiento, el agente se dirigió a la urbanización Golden Gate 1, en el sector Bairoa en Caguas, donde la División de Inteligencia de la Policía había ubicado a Verdejo Sánchez por última vez. Al llegar al lugar, una mujer -identificada como Jennifer Acevedo- abrió la puerta y confirmó que Verdejo Sánchez estaba en la residencia.

Al llamarlo, el exboxeador fue entrevistado y se le ocuparon las llaves de la guagua y un arma Glock, color marrón, 9 mm, que estaba cargada con un “magazine” de 17 balas, de las que quedaban solo 15. Esta arma se introdujo como evidencia del Ministerio Público, al igual que cuatro fotos de cuando las autoridades fueron a la mencionada residencia en Caguas.

Sin embargo, no se pudo ocupar el teléfono de Verdejo Sánchez, para lo que también tenían una orden de registro y allanamiento, porque el entonces abogado del exboxeador, Jorge Colina, le dijo que lo dejara en su oficina. Posteriormente, esa propiedad fue entregada a la Policía y fue introducida como evidencia.

Asimismo, se ocupó otra arma en el apartamento de Eliz Marie Santiago Sierra -madre de la hija de Verdejo Sánchez-, donde el acusado había indicado que estaba otra pistola para la que tenía licencia. En esa residencia, en el condominio San José Plaza, también se ocuparon cargadores para ambas armas y cajas de balas sueltas, que, según el oficial, se encontraron en una caja fuerte.

Todo el material ocupado fue guardado en la bóveda de evidencia de la Policía y fue entregada, eventualmente, a las autoridades federales, cuando estas asumieron jurisdicción.

El juicio contra Verdejo Sánchez comenzó, el 20 de junio de 2022, con la selección de tres mujeres y nueve hombres como parte del jurado que evalúa la prueba que desfilará en sala, que ha incluido el testimonio de la madre y de la hermana de la víctima, así como de agentes que investigaron el crimen.

Verdejo Sánchez enfrenta cargos federales por robo a mano armada de un vehículo (“carjacking”) que resultó en la muerte de una persona; por un secuestro que resultó en una muerte y por el asesinato de una persona que no había nacido, ya que Rodríguez Ortiz tenía un mes de embarazo. También fue acusado por la portación de un arma de fuego durante la comisión de un delito violento.

El gran jurado acusó, además, a Luis Cádiz Martínez, quien alegó haber sido cómplice de Verdejo Sánchez, y admitió culpa en noviembre, tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía.