Doris Waleska Meléndez González, de 38 años, se había dado una nueva oportunidad en el amor y en el disfrute de la vida luego de batallar con varias condiciones de salud. Hace 14 meses que se casó con Oscar Muñoz Garcés, un empleado de una tienda en Arecibo quien el domingo en la noche presuntamente admitió que la asesinó.

Su vecina, Nilda Rivera estaba sorprendida por unos hechos que nunca imaginó y porque a pesar de lo cercanía de las dos casas no escuchó a la pareja discutir ni la oyó pedir auxilio.

“A ella la habían operado hace poco. Ella no tendría las fuerzas para defenderse”, conjeturó Rivera, quien nunca escuchó peleas entre la pareja y tampoco su vecina, con quien hablaba diariamente, le manifestó que tuviese problemas matrimoniales.

Cuando la Policía acudió a la residencia  en la urbanización Costas del Atlántico, en Arecibo, encontró el cuerpo sobre la cama.  El único signó de violencia visible eran los hematomas en el cuello de la mujer.

Muñoz Garcés presuntamente declaró que discutía con su esposa cuando colocó sus manos sobre el cuello de ella y presionó hasta que la vio desplomarse.

El sospechoso llamó a Abdias Aguilar, co pastor de la Iglesia Pentecostal M.I., en Arecibo, a quien supuestamente le confesó el crimen y le habló de su intención de quitarse la vida.

“A través del pastor y el negociador de la Policía, el sargento Soto, comienzan a dialogar con él para que desista de esa intención y él regresa al estacionamiento de la iglesia donde se entrega”, explicó la capitana Mayda Ortiz, directora del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Arecibo.

El detenido hizo una declaración jurada de su relató. Es posible que hoy se presenten cargos.

No existen informes o querellas de la Policía sobre actos de violencia doméstica anteriores por parte de Muñoz Garcés ni con su esposa ni con parejas anteriores, según Ortiz.

Meléndez González trabajó por un tiempo como secretaria de un médico pero tras confrontar problemas de salud fue declarada incapacitada para trabajar por lo que recibía su Seguro Social. Precisamente, en una visita médica conoció a su esposo.

“Ella se sentía tranquila y feliz con su relación”, mencionó Rivera sobre lo que observó y conversó con quien fue su vecina por los pasados ocho años.

La víctima tiene una niña de 10 años de edad quien no estaba en su casa el domingo porque pasaba el fin de semana con su papá. Mientras que el detenido tiene tres hijos, indicó la Policía.

Este matrimonio frecuentaba la Iglesia Pentecostal M.I, donde ayer los feligreses se mostraron abatidos por los acontecimientos. Los líderes de la iglesia intentaban dar consuelo a la madre de la víctima, quien desde antes de estos hechos estaba hospitalizada por complicaciones asmáticas, dijo Moises Deida, miembro de la congregación.