Las mujeres mandaban, utilizaban a niños como vigías y vendedores de droga y, de hecho, escondieron un rifle de asalto AK-47 debajo del colchón de un bebé mientras éste dormía.

De ser ciertas las acusaciones que enfrentan por un gran jurado federal, se trata de una organización compuesta principalmente por mujeres que campeaban por su respeto en el residencial Jardines de Ceiba, llegando al extremo de portar rifles y tirotear a cualquiera que se antepusiera a sus ambiciones como narcotraficantes.

El pasado 8 de septiembre, un gran jurado federal emitió un pliego acusatorio contra 39 personas de una organización criminal que, supuestamente, estaba liderada por “la Bichota” o “la Gorda”, los dos alias más conocidos de Karen Santiago Vélez. Según las agencias federales, la número uno de la acusación tenía a su madre, Carmen Vélez García, corriendo un punto de Percocet y Xanax.

Los dos hermanos de “la Bichota” también ocupaban destacadas posiciones en el organigrama criminal, como gatilleros y administradores de los puntos. Éstos fueron identificados como Juan y Erick Santiago Vélez, mejor conocidos como “Cabestro” y “Gárgola” . Pero la banda también tenía disidentes entre sus filas.

“Entre los incidentes de violencia ocurrieron intercambios de disparos dentro del residencial, tanto en contra de gangas rivales como entre ellos mismos” , sostuvo la jefa de la fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez.

Según la acusación, la ganga llevaba a cabo transacciones “en presencia de menores de edad y utilizaban jóvenes menores de 18 años de edad para vender drogas en los puntos”, añadió la fiscal, quien subrayó que la organización actuaba como mayorista de drogas para otros puntos en Ceiba.

Los federales, en conjunto con un pequeño contingente de agentes de la Policía de Puerto Rico, no escatimaron en sus esfuerzos para dar con el arresto de los acusados. Más de 300 agentes del FBI y la Policía descendieron con precisión en el complejo público y, en uno de los apartamentos allanados, según reveló el director interino del FBI en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, Carlos Cases, se encontró el Kalashnikov, como se conoce este rifle, por el apellido de su creador.

El superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, lamentó la utilización de menores como vendedores en los puntos, tendencia que se ha entronizado en muchos otros centros de distribución de sustancias controladas en el país.

“Es lamentable que los adultos estén utilizando a los niños como vehículos para servir de mulas o de corredores, y hasta de escudo. Por eso, siempre hemos estado a favor del toque de queda” , indicó el jefe de la Policía.