La jueza Vilmary Soler Suárez determinó no causa en la vista preliminar en alzada contra Luis Gustavo Rivera Seijo por el asesinato del niño Lorenzo González Cacho ocurrido en marzo de 2010, luego que la defensa y la fiscalía sometieran el caso.

"Analizada la totalidad de la prueba, la evidencia física, testifical y las confesiones del aquí imputado es nuestra conclusión que la misma es contradictoria, inconsistente e impugnatoria, no logrando alcanzar el quantum de la prueba al no lograr la conexión con el aquí imputado... es no nuestra obligación en derecho determinar no causa", indicó la jueza.

Fuera de sala, la madre del niño, Ana Cacho, salió por el pasillo reclamando: "Habrá justicia para mi hijo. Este no es el final”.

La jueza anunció su decisión a las 4:55 p.m. cuando recesó los trabajos y, de inmediato, Cacho salió apresurada y llorosa de la Sala 706 del Centro Judicial de Bayamón.

La fiscal Aracelis Pérez, mientras, dijo a periodistas que le sorprendió la decisión porque esperaban una determinación de causa. Sin embargo, aseguró que los fiscales están satisfechos con la nueva prueba que presentaron en esta ocasión

“Estoy segura de que fue El Manco (el que cometió el crimen)”, comentó al salir de la sala judicial.

A raíz de la decisión de hoy, el Ministerio Público no puede volver a presentarle cargos a Rivera Seijo por ese caso.

Mario Moczó, abogado defensor del imputado, por su parte, destacó que “el trabajo se hizo y el tribunal aquilató la prueba de la manera que se debía hacer”.

La magistrada permitió argumentaciones finales en  la vista preliminar en alzada contra Rivera Seijo por el asesinato del niño Lorenzo ocurrido en marzo de 2010, luego que la defensa y la fiscalía sometieran el caso.

En su argumentación,  Moczó aseguró que independientemente del impacto del caso en la comunidad, de lo que se trata es evaluar si su cliente, quien lleva seis años en un Hospital Psiquiátrico, es responsable del crimen.

Moczó atacó la confesión a las autoridades federales y reclamó que "este paciente psiquiátrico", en alusión a su cliente, fue llevado a un cuartito por funcionarios y se le dio "un papelito".

Cuestionó por qué la fiscalía "le da tanto el apellido federal, federal, federal que no sabemos si lo que buscan que el tribunal se impresione, pero lo que pasa es que este señor tiene derechos".

Agregó que el Gobierno sabe desde el principio que se trata de una confesión dudosa y que "si hubieran tenido una confesión a la primera, ¿no habrían acusado por el caso más importante del país?".

El letrado planteó diferentes incongruencias en el caso del Ministerio Público: el largo del cuchillo, cómo brincó la verja su cliente, que no hubiera hullas dactilares, la ausencia de testigos que lo hayan visto entrar y salir de la urbanización Dorado del Mar, entre otros.

"Nosotros entendemos con mucho respeto que esta caso, aunque lamentable, en lo que le corresponde a usted de que debe pasar a juicio estando en VPA (vista preliminar en alzada), viendo la prueba... debe mantener la determinación de que no hay causa para juicio", dijo Moczó.

Por su parte, el fiscal Mario Rivera Geigel expresó que "le pedimos a usted, parte de la judicatura, que nos permita presentar este caso en un juicio plenario".

"Este es un caso que como todos sabemos conmovió este país", indicó Rivera Geigel.

El fiscal Rivera Geigel recordó la intervención de varios funcionarios federales y abordó el tema de la condición mental de Rivera Seijo.

"El tener un defecto mental no necesariamente incapacita", indicó Rivera Geigel, quien incluso mintió y "mentir denota inteligencia", según el fiscal, por parte del acusado.

Sobre las incongruencias en las confesiones de Rivera Geigel, el fiscal dijo que lo normal es que una persona pasado un tiempo de una narración no recuerde exactamente lo mismo. Agregó que si son testimonios exactos, el Tribunal Supremo de Puerto Rico ha advertido que eso podría ser "un testimonio fabricado".

"¿Cuántas confesiones necesitamos para que se nos autorice procesarlo en un juicio?", afirmó Rivera Géigel, que aseguró que hay algún conflicto en la prueba, pero que es creíble y razonable y se renunció a sus derechos constitucionales no una vez sino dos veces

Asimismo, el fiscal dijo que no llevaron a la más pequeña de las dos hijas de Ana Cacho, la que estaba en la cama en el momento del crimen, porque "no tiene nada que aportar".

El fiscal concluyó diciendo que "entendemos que la prueba que hemos presentado rebasa por mucho el quantum de la prueba que se requiere en esta etapa de vista preliminar".

La fiscalía sometió el caso a media tarde cuando terminó el interrogatorio a un perito en patrones de manchas de sangre.

"Entendemos que hemos cumplido con los criterios de probabilidad de esta etapa", dijo la fiscal Maricarmen Rodríguez al someter la prueba.

La defensa, encabezada por el abogado Mario Moczó logró que se aceptara en evidencia una orden de la jueza Elizabeth Linares que restringía entrevistar a Rivera Seijo en relación a otro asesinato. Pero ante las objeciones de la fiscalía, la jueza denegó aceptar una moción relacionada a este mismo caso.

El testimonio del perito

La vista preliminar en alzada arrancó hoy con el testimonio de Noel Colón González, un experto en patrones de sangre que declaró que el niño fue asesinado con la mano derecha en marzo de 2010.

Según el testigo, Lorenzo fue atacado con la mano derecha por alguien que se encontraba acerca de un pie en su habitación de la que era su casa en la urbanización Dorado del Mar. A base de los patrones de sangre en las paredes de la casa, la persona se fue de la habitación lentamente por la puerta hacia el patio.

Colón González, un teniente de la policía que se convirtió en el primer testigo en el octavo día de la vista preliminar en alzada contra Rivera Seijo, narró a preguntas de la fiscal Maricarmen Rodríguez que realizó dos experimentos relacionados con patrones de flujo de sangre, separación, gotereo, transferencia, proyectado y saturación en el lugar del ataque.

Como parte de su análisis, Colón González se entrevistó con personal del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) y examinó el cubrecama donde fue asesinado Lorenzo. Parte de los análisis fue recrear la habitación donde murió Lorenzo en la academia de la policía, en Gurabo, y simular el ataque tanto con la mano izquierda como con la mano derecha.

Rivera Seijo solo tiene la mano derecha porque perdió la  mano izquierda en un accidente de tránsito y el asesino, según el testigo, usó la mano derecha.

“Hice el ejercicio con la mano izquierda, usando de base el lugar de convergencia, punto de origen, proyección. Estos son los resultados: (con la mano izquierda) el patrón de proyección es similar, pero va más hacia al frente, más cerca del televisor. No es compatible con la escena del crimen”, explicó el perito.

Según la conclusión del perito, la mano usada “más probable (en ser utilizada fue)... la mano derecha”.

También el perito trata de despejar dudas de dónde mataron al niño. “El lugar del ataque la conclusión fue el cuarto de la niña… no observó en base de toda la evidencia otro lugar de ataque que no sea el cuarto de la niña”, indicó Colón González.

La fiscal Aracelys Pérez dijo fuera de sala que el testimonio del perito "corrobora las confesiones de Rivera Seijo".

En esta historia colaboró Daniel Rivera Vargas.