El Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) en San Juan no descarta que la mujer cuyo cadáver apuñalado fue hallado anoche en el baúl de un automóvil sea otra víctima de la violencia de género. 

Sin embargo, en esta etapa de la investigación el motivo del crimen no se ha establecido, ni se ha identificado al potencial sospechoso, dijo la sargento Carmen Vega, supervisora del CIC del área de San Juan. 

Mediante una llamada anónima recibida el viernes, a eso de las 7:00 p.m., a la Policía se le informó que salía un olor fétido del interior de un automóvil marca Mitsubishi Diamante, del año 1997, aparcado en la intersección de las calles Belaval y Profesor Augusto Rodríguez, en la Parada 19 de Santurce.

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Cuando los agentes abrieron el baúl del vehículo, encontraron el cadáver de una mujer que presentaba cuatro heridas punzantes en el lado derecho del abdomen, así como abrasiones en las rodillas y el brazo derecho. 

La víctima fue identificada como Irette Caraballo Dávila, de 36 años, apodada Marita. La mujer residía en la calle América, en Santurce, informaron las autoridades. Sin embargo, se supo que también tenía registrado como domicilio una dirección en el sector de Villas de Loíza, en Canóvanas.

Caraballo Dávila figuró fichada en los archivos de la Policía por el delito de apropiación ilegal de un automóvil en el mes de marzo del año 2011.

Pesquisa en ciernes

Al ser abordada sobre información surgida en el vecindario de la víctima sobre una discusión que sostuvo con su expareja el lunes, la sargento Vega se reafirmó en que “ese ángulo se investiga”, sin abundar sobre el particular. 

Tampoco precisó si se había logrado entrevista a su expareja o si se había registrado el hogar de la fémina. 

A su vez, corroboró que a pesar de que la última vez que fue vista con vida fue alegadamente el lunes, nadie la había reportado como desaparecida. “No consta en nuestros expedientes que haya sido reportada desaparecida”, observó. 

También reveló que los familiares de Caraballo Dávila acudieron esta mañana al Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para su identificación formal y se les indicó que debido a su estado de descomposición tendrían que hacerse los análisis correspondientes de ADN para comprobar formalmente su identidad. 

El crimen fue investigado inicialmente por el agente Luis Cordero, adscrito a la División de Homicidios del área de San Juan, junto a la fiscal Adriana Albors.

En lo que va de año seis mujeres han sido asesinadas, según estadísticas preliminares de la Superintendencia Auxiliar de Investigación Criminal.