Las autoridades no descartan que el cadáver en avanzado estado de descomposición hallado al atardecer de ayer, martes, en el kilómetro 51.2 de la carretera PR-174 en el sector Sonadora del barrio Guaraguao en Guaynabo, corresponda al de un adolescente residente en Caimito que se encuentra desaparecido desde el 17 de julio y que fue vinculado con una pandilla sospechosa de cometer múltiples “carjackings”.

“No ha sido identificado todavía, pero nosotros entendemos que se trata de un joven reportado desaparecido, que era investigado por ser parte de una ganga dedicada a ‘carjackings’. Entendemos que debe ser ese joven no nos cabe duda”, sostuvo el comandante Gerardo Oliver, director interino de la superintendencia auxiliar de Investigaciones Criminales.

El funcionario indicó que la ropa que tenía el cadáver es muy similar a la que aparece en la requisitoria de desaparecido de un menor de 17 años del que no se sabe de su paradero desde la misma fecha en la que ocurrieron los asesinatos a balazos de otros dos adolescentes.

En este caso la causa de muerte no ha sido determinada debido al estado en el que se encontraba el cuerpo. Se espera que el Instituto de Ciencias Forenses realice los análisis correspondientes para su identificación y autopsia, según lo dispuesto por la fiscal Ailene González.

Según informes policíacos del 17 de julio, otros dos jovencitos residentes en la comunidad Caimito en Río Piedras, que eran investigados como presuntos integrantes de una pandilla dedicada a realizar “carjackings”, fueron ultimados en escenas por separado en Aguas Buenas.

El primer caso ocurrió a las 6:03 p.m. en el kilómetro 9.8 de la carretera PR-173, en el barrio Sumidero en Aguas Buenas, donde fue encontrado el cadáver de Christopher Serrano García de 16 años, con múltiples heridas de bala.

Mientras que, a las 6:10 p.m., se localizó el cadáver de Ángel Yonuel Serrano Villegas de 17 años, en kilómetro 26.9 de la carretera PR-173 en el barrio Jagüeyes del mismo municipio. En esa escena se ocupó un automóvil marca Toyota Yaris que había sido reportado hurtado mediante “carjacking” en San Lorenzo.

Menos de una hora antes, frente a una iglesia ubicada en el barrio Beatriz, en Caguas, cuatro jóvenes interceptaron a una mujer que se encontraba en un vehículo marca Kia Forte, color negro y del 2015, con su hijo de dos años. La conductora les suplicó para que le dejaran bajar al menor del carro, lo cual hicieron.

Falta uno de los jóvenes por localizar, no obstante, el comandante indicó que contra este se radicaron cargos en ausencia por violación a la Ley de Armas y se cree que está vivo. Otra de las teorías que surgieron es que miembros de la misma organización estuvieron involucrados en los crímenes de los menores.