“Se perdió la batalla, pero no la guerra”.

Así aseguró Elizabeth Meléndez, hermana menor de Juan Carlos Meléndez Serrano, a quien se le denegó celebrar un nuevo juicio por los asesinatos de una madre y sus dos hijos en Trujillo Alto en 1989.

“Son inocentes y siguen siendo inocentes”, expresó su padre, Narciso Meléndez, refiriéndose a su hijo y al convicto Antonio Ramos Cruz, quienes cumplen cadena perpetua por las muertes de Haydée Teresa Maymí, de 24 años, y sus hijos Eduardo y Melissa Morales Maymí, de cinco y tres años, respectivamente.

La jueza Berthaida Seijo, del Tribunal de Carolina, explicó detalladamente que no se probó que la prueba de comparación de cabello que fueron encontrados en los cuerpos y de los convictos no podía hacerse en el juicio de 1992, y que si esa prueba se unía a la evidencia que desfiló en el juicio, pudiese producir un resultado diferente.

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Elizabeth aseguró que buscará la forma de probar la inocencia de los convictos al realizar una prueba de ADN mitocondrial, que en Puerto Rico no se hace y que es sumamente costosa.

En la prueba regular de ADN que se hizo en la Isla no se encontró material genético suficiente para poder hacerla.