El Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) recibió una confidencia en la que se alegó que Lutgardo Acevedo utilizó un teléfono celular desde su celda en la Institución 705 del complejo carcelario de Bayamón.

Sin embargo, al rastrear el área de confinamiento del convicto contable, los guardias penales no hallaron el material de contrabando que alegó la persona que hizo la denuncia telefónica la semana pasada, sostuvo el portavoz del DCR, César Fiallo.

“Había una alegación de que hizo unas llamadas, pero no se le ha ocupado ningún celular”, dijo Fiallo, quien explicó que al recibirse la información se hizo un referido al área de Seguridad en el penal y “se procedió con un registro extraordinario” en la celda de Acevedo. 

“El celular no se encontró”, señaló Fiallo. El oficial de prensa del DCR dijo que no tenía información en el sentido de que se alegó que Acevedo amenazó por teléfono a una persona en la libre comunidad. 

Fiallo indicó que al presente Acevedo comparte una celda con otro individuo. En el sistema carcelario se realizan registros descritos como “de rutina” y otros “extraordinarios”, que son motivados por denuncias, como la información recibida la semana pasada. 

Acevedo, convicto a nivel federal por soborno, se encuentra en la Institución 705 en espera de que sea procesado nuevamente por homicidio negligente, manejar en estado de embriaguez y obstruir la justicia en relación a la muerte del guardia de seguridad Félix Babilonia, en medio de un accidente de tránsito ocurrido el 30 de junio de 2012 en la carretera PR-110, de Moca.

Recientemente un panel de jueces del Tribunal de Apelaciones determinó que no existía doble exposición contra Acevedo, quien fue absuelto en el primer juicio por el juez Manuel Acevedo Hernández, convicto posteriormente por corrupción tras librar de toda culpa a Lutgardo en el caso de la muerte de Babilonia, a cambio de pagos y regalos.

En redes sociales trascendió información de que Acevedo presuntamente profirió amenazas contra el manejo de su hijo, pero esa información no fue corroborada por el DCR.

El contrabando de teléfonos celulares es un problema serio en las prisiones y en operativos frecuentes se han confiscado esos aparatos de telecomunicación, así como accesorios para cargarlos.

En ocasiones también se ha intervenido con confinados que han ocultado teléfonos celulares en su cavidad anal en intentos desesperados por evitar que las autoridades descubran el material de contrabando.