Su testimonio enmudeció a los presentes en la sala de la jueza María T. Rivera Corujo, del Tribunal de Fajardo, donde por horas describió lo ocurrido aquella fatídica noche del 18 de agosto.

A preguntas del fiscal Eduardo Beale, el testigo -cuya imagen fue protegida por razones de seguridad- comenzó explicando que ese día llegaron a Villa Marina Boulevard para embarcar en un bote de su propiedad hacia el cayo Icacos.

Los acompañaban en la travesía dos amigos identificados como Joan y Luis. El grupo acordó que cada cual llevaría lo que iba a consumir, incluyendo bebidas alcohólicas y comida. Howe García explicó que, en su caso, él no ingiere alcohol.

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En el Tribunal de Fajardo, la pareja de Arellys, Joseph Howe García, relató desde su perspectiva lo que pasó la noche que fue asesinada la joven.

Fue luego del mediodía que llegaron al lugar, donde entre otras cosas estuvieron compartiendo con unas amistades de Arellys que se encontraban en un catamarán. Allí transcurrieron varias horas, pero pasadas las 5:00 de la tarde Arellys le pidió a su novio -con quien llevaba un mes de relación, aunque se conocían hace cuatro años- que se movilizaran en la embarcación hasta la islita Palomino pues ella quería disfrutar del atardecer.

“Yo aprendí a ver los atardeceres por ella… fue un día perfecto”, declaró en sala el hombre de 33 años e ingeniero mecánico de profesión.

Contó que las horas transcurrieron y poco después de las 9:00 de la noche le notificó al grupo que era hora de regresar al muelle pues al otro día trabajaba. Y así lo hicieron.

Destacó que, cuando llegaron al muelle, había poco espacio disponible para “estacionar” su bote, por lo que optó por dejarlo en un lugar estrecho siguiendo las instrucciones que le daban Arellys y Luis, quienes se bajaron de la embarcación para vigilar que no ocurriera algún percance.

Fue en ese momento, según Howe García, que Arellys le comentó: “Mira Howe, un celular”. En ese momento, el ingeniero le dijo a su pareja que se lo entregara. “Donde está peligra… el dueño aparecerá ya mismo”, le manifestó a su novia.

El testigo dice que se quedó dentro del bote limpiándolo, mientras Arellys y Luis estaban afuera. Minutos después, Howe García escuchó unos pasos y a un sujeto gritando que si habían visto un celular. Dijo que el individuo (que lo identificó en sala señalando y con mirada fija hacia Medina Cardona) estaba “altera’o”. Agregó que el hombre estaba sin camisa, en pantalones cortos y lucía una cadena gruesa “heavy”. Dijo, además, que lo acompañaba una mujer que vestía un traje de baño amarillo.

Expresó que Joan -quien alegadamente no sabía que Arellys había encontrado un celular en el muelle- trató de calmar al sujeto identificado como Medina Cardona y le dijo que allí no había ningún celular. De hecho, Joan prendió la linterna de su móvil y trató de ayudar al individuo a buscar en el área.

Dijo que en ese momento cayó en cuenta que el hombre buscaba el celular que halló Arellys y al notarlo “agitado” enseguida buscó el teléfono que lo tenía ubicado en la silla del capitán de su bote.

Entonces, dice que se dirigió a Medina Cardona y le dijo: “primo, ¿este es tu teléfono?” a lo que el hoy imputado le respondió con un “sí”. Howe García manifestó que en ese momento el sospechoso estaba mucho más calmado y que en ese momento pudo mirarlo fijamente a la cara.

Sin embargo, reiteró en varias ocasiones que la mujer que acompañaba a Medina Cardona estaba “agitándolo”. Le decía: “¿viste?, se lo querían robar… chorros de puercos”.

“Ahí, él (Medina Cardona) se creció y vuelve a donde Joan”, destacó para expresar que con el celular en la mano le manoteó cerca del rostro a su amiga y le decía algunas cosas.

Él observaba lo ocurrido desde el bote, mientras Arellys trata de poner la calma y se acerca al sujeto y supuestamente le dice: “Mira, ya tienes el teléfono. ¿Cuál es el problema?”. En cambio, según el testigo, el imputado se acercó a Arellys cuerpo a cuerpo y le dijo: “ustedes no me conocen a mí”. Ella ripostó el comentario diciendo: “qué me importa quién tú eres”.

Simultáneamente, según Howe García, la mujer que acompañaba a Medina Cardona seguía agitando el ambiente y gritaba en forma “burlona”: “viste, se lo querían robar, se lo querían robar”.

El testigo dice que se disponía a bajar del bote cuando escucho un “claclac”. Fue un ruido “espeluznante”, según describió tras dramatizar y dar a entender que el imputado había cargado un arma. Comentó que en su mente pensaba: “no puede ser”.

Fue entonces que el testigo se levantó del banquillo y dramatizó -utilizando al fiscal en el papel de víctima- el momento en que Medina Cardona sacó “con estilo” la mano desde atrás y la llevó hacia el cuello de Arellys. “Vi la cara… vi el roto del arma”, expresó mientras doña Nitza Ríos, la mamá de la víctima sollozaba en sala.

“Las piernas se fueron e hizo como un ‘slide’”, expresó al indicar que el cuerpo de Arellys cayó boca arriba, con las manos abiertas y los ojos abiertos. “Me tiré al piso del bote y decía: ‘no, no, no, no… no puede ser’”, exclamó.

Narró que, tras ocurrido el crimen, Medina Cardona y la mujer que lo acompañaba salieron del muelle. Él los observaba desde el bote. “Me quedé paralizado… estaba llorando en el bote… me sentía impotente”, reveló.

En un momento dado, mientras el testigo observaba unas fotografías que validarían su narración, no pudo contener las emociones y mirando al imputado gritó: “Me la mató, me la mató… me arrancaron un canto de mi alma. Le dieron un stop a mi vida”.

Dice que luego salió a buscar ayudar por la zona, hasta que vio a dos agentes con armas largas y le explicó lo sucedido. “Me mataron la nena, me mataron la nena”, les dijo.

Posteriormente, llegaron otros oficiales que le hicieron una entrevista preliminar. Luego quedó citado para el día siguiente a la 1:00 de la tarde en el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Fajardo donde dio una descripción del asesino de Arellys. Dijo que se le hizo fácil describir al sujeto pues “cierro los ojos y lo veo cuando le di el teléfono… no se me olvida ese rostro”.

Manifestó que la policía lo citó para una rueda de confrontación en el cuartel de Ceiba el 21 de agosto. En el proceso, dijo le mostraron un cartón con nueve fotografías en el que no dudó en señalar el número seis en el documento oficial. “Este fue el que mató a Arellys”, les dijo a los agentes investigadores. En ese instante, por primera vez en la sala del tribunal, Howe García identifica al sujeto por su nombre. “Es ese que está allí (señalando al imputado) y se llama Jensen Medina Cardona”.

En el contrainterrogatorio, el abogado de Medina Cardona -el licenciado Jorge Gordon- intentó demostrar que hay incongruencias entre el testimonio de Howe García y lo que se destacó en su declaración jurada.

De hecho, el testigo reconoció a preguntas del abogado que no se incluyó en el documento juramentado varios detalles como, por ejemplo: decir que Arellys, Luis y Joan habían ingerido alcohol o qué tipo de vestimenta que llevaban.

A preguntas de Gordon, el testigo dijo que no vio si Arellys “empujó una y otra vez” al sujeto que llegó buscando el celular. El licenciado luego le preguntó si era cierto que Arellys le habló malo a esa persona. “¿Le dijo que era un cabrón… se le cagó en la madre… le dijo que era un hijo de la gran puta… le dijo que se fuera al carajo?”, preguntó Gordón a lo que el testigo respondió con un “no recuerdo”.

El contrainterrogatorio pausó mientras Gordon le enseñaba a Howe García el vídeo que fue mostrado en sala el segundo día de vista preliminar y donde, aparentemente, es que ocurre el asesinato de Arellys. El proceso se pautó para continuar el próximo lunes, 16 de septiembre, a las 9:00 de la mañana.

Fiscal podría presentar como testigo a acompañante de Jensen

De otra parte, el fiscal de distrito Yamil Juarbe expresó fuera de sala que la mujer que acompañaba a Medina Cardona y que, según el testimonio de hoy, incitó a la violencia al imputado, podría ser utilizada como testigo de cargo mediante un acuerdo de colaboración o inmunidad.

"No puedo decirlo en este momento, pero no lo descarto", dijo Juarbe al aclarar que la mujer ya fue citada por los investigadores y se ha mostrado “cooperadora”.

De hecho, esa citación ocurrió esta semana en el CIC de Carolina, en lugar de la oficina de Fajardo, donde se investiga el asesinato ocurrido el pasado 18 de agosto en un muelle de Fajardo.

Por otra parte, el fiscal se mostró confiado en el testimonio del novio de Arellys. "El testigo habla por sí solo, su testimonio fue demoledor", dijo Juarbe a la salida del tribunal.

Contra Medina Cardona -sumariado en una correccional de Bayamón- pesan tres cargos criminales, uno de asesinato en primer grado y otros dos de violaciones a la Ley de Armas, por portar y usar un arma de fuego sin tener licencia y por disparar o apuntar un arma contra alguien. Se le impuso una fianza de $1,150,000. La defensa intentó que se modificara la fianza, pero el juez Glenn Velázquez denegó la petición, tras escuchar por más de tres horas y media a cuatro testigos, incluidos el de la mamá del imputado, Mildred Cardona.