Mayagüez.- Largas al asunto.

El dermatólogo Ángel Luis Rivera de los Ríos, quien enfrenta cargos por grabación ilegal de imágenes dentro del baño de su consultorio en Mayagüez, se presentó solo hoy, viernes, al juicio donde se le acusa de haber colocado dos bolígrafos espías para grabar a una empleada.

Su defensa, el licenciado Harry Padilla, estaba atendiendo el caso del Pueblo de Puerto Rico vs Casellas en el tribunal de San Juan y presentó una moción para que el caso fuera re señalado para el 13 de febrero de 2014, por razones de calendario, solicitud que fue objetada por la jefa de fiscalía, Blanca Portela.

La jueza María I. Negrón García consideró el reclamo de fiscalía, quien planteó que el pueblo de Puerto Rico también tiene derecho a que se ventilen sus casos con prontitud, por lo que citó a las partes para una vista con antelación al juicio para el 9 de diciembre de este año.

“Mi víctima tiene derecho a que haya diligencia en el Tribunal para que se atienda su proceso”, dijo Portela a la salida de la sala 202.

 “Quisiéramos que si el juicio está señalado –a solicitud de la defensa- para el 13 de febrero de 2014, pues que sea para esa fecha. Cualquier situación interlocutoria o cualquier reclamo de descubrimiento de prueba, tiene que presentarse antes”, reiteró la jefa de fiscales en Mayagüez.

La defensa solicitó toda la prueba que tiene el ministerio público en el mes de septiembre. Portela asegura haber contestado la petición, poniendo a disposición del licenciado Padilla todo lo requerido. Por eso, ayer le solicitó al Tribunal que diera por cumplida la orden de descubrimiento porque no han recibido ningún reclamo de parte de la defensa.

Rivera de los Ríos permanece bajo monitoreo electrónico, tras prestar el 10% de una fianza de $50 mil el pasado mes de julio, cuando por la División de Delitos Sexuales de Mayagüez se presentaron cargos en su contra, luego de que una de sus secretarias denunciara haber encontrado dentro del baño de empleadas dos bolígrafos con cámaras; uno sobre un armario frente al inodoro y el otro en el sujetador de papel higiénico.

Las imágenes grabadas por los dispositivos espías, presentaban a la secretaria en faenas propias de un lugar tan íntimo como lo es el baño, así como evidencia de que fue el médico quien las colocó.