La mayoría de los adolescentes que lo utilizan no lo ven como una adicción, sino como un coctel al que acceden “legalmente” para relajarse y olvidarse de los problemas.

Se trata de la mezcla de fármacos recetados -regularmente utilizados para el dolor, analgésicos o tranquilizantes- con alcohol o bebidas energizantes que al combinarlos provocan en sus usuarios un efecto de sedación que, incluso, puede llevar a la muerte.

Y es que contrario a lo que pudieran pensar los jóvenes, población en la que ha incrementado el uso de estas sustancias, el abuso de medicamentos como Percocet, Valium, Ambien o Xanax (por mencionar algunas) son letales para aquellos a los que un médico no se las ha recetado. Y mucho más si se mezclan con una cervecita, un trago o una bebida energizante.

“Los síntomas de las pastillas varían dependiendo de la cantidad y el uso que se le da al fármaco. Pero pueden incluir sedación, tranquilidad, se pudiera perder la coordinación motora, el pensamiento interfiere con su juicio. Puede actuar sin saber lo que está haciendo”, explicó el psiquiatra Víctor Toraño, especialista en adicción.

Dijo que el peligro al mezclarlos con alcohol es que el sujeto pudiera presentar dificultad al respirar, problemas gastrointestinales o hasta la muerte.

Con razón es que el doctor José Vargas Vidot, de Iniciativa Comunitaria, lo llama el coctel de la muerte.

“La mezcla de pastillas y alcohol es como preparar a un gladiador para una escena de emperadores”, explicó para ejemplificar el feeling que provoca en sus usuarios.

Vargas Vidot dijo que le preocupa que estudios recientes demuestran que en Estados Unidos el abuso de drogas de esta naturaleza aumentó en un 12%, “pero es posible que aquí en Puerto Rico estemos rayando en el 16%”.

“ Y lo más preocupante es que son los jóvenes las presas fáciles a drogarse con pastillas por la accesibilidad que tienen a los botiquines de sus hogares...además las utilizan porque no lo vinculan con el adicto o los tecatos. Son drogas que le dan status”, dijo.

Vargas Vidot aplaudió iniciativas como el recogido de fármacos alrededor de la Isla, más alertó a las autoridades a atajar el problema considerando que “detrás de un joven que hay en este vicio hay un muchacho luchando con desórdenes de ansiedad, con rebeldía y, posiblemente, con un sentimiento inmenso de soledad”.