En los pasados dos años, la Policía Municipal de Arecibo ha tenido un ir y venir de comisionados que han salido a toda prisa.

El último de ellos, el sargento Alex Novoa, quien estaba en el puesto de manera interina, apenas duró en el cargo 21 días porque no bien se acomodaba en la silla, una subalterna presentó una querella en su contra por presunto hostigamiento por llamadas a su teléfono personal a horas inadecuadas y por el supuesto uso de lenguaje ofensivo.

Novoa es miembro de la Policía Estatal y sería designado a la Municipal mediante un acuerdo entre los dos cuerpos. La semana pasada dejó de ser comisionado.

El alcalde de Arecibo, Lemuel Soto, dijo que ante la querella radicada, el director de la Policía en la región de Arecibo, Héctor Agosto, le informó que no procedía el destaque de Novoa, quien tiene que someterse al trámite investigativo correspondiente.

Ahora mismo, Arecibo carece de un comisionado de la Policía. Las labores de campo son dirigidas por el teniente Edgardo Cortés.

Aunque Novoa ya estaba destacado en el cuartel municipal, todavía el Municipio de Arecibo no había firmado el acuerdo con la Policía de Puerto Rico para tenerlo como funcionario suyo, reconoció el Alcalde.

Según Soto Santiago, el sueldo de Novoa provino del presupuesto de la Policía estatal aunque ejercía funciones para el Gobierno Municipal.

El Alcalde negó que concurrió con la determinación de Agosto sobre detener el nombramiento de Novoa.

"Aunque me alegan que no hubo tales comentarios de índole sexual, una simple mirada, un gesto que incomode a una dama es suficiente para que se investigue", señaló.

El sargento rechazó a Primera Hora que haya hostigado a una subalterna. A juicio de Novoa, la querella fue una estrategia para detener su nombramiento porque varios miembros del cuerpo policial desaprobaban sus reglas de disciplina y trabajo. "Empecé a poner control y comenzaron a poner resistencia. No ha pasado por mi mente faltarle el respeto a nadie", señaló Novoa.

Este sargento llegó a la Poicía Municipal para sustituir al teniente Rafael Cruz Prater, a quien Soto Santiago le pidió la renuncia en octubre porque éste no trabajó adecuadamente las querellas por violencia doméstica contra el policía Elías Abolafia, quien en octubre pasado mató a su hija e hirió de gravedad a su compañera, Vicmaries Pérez, con su propia arma de reglamento.