La superintendente asociada de la Policía, Diana Crispín Reyes, aseguró que en los turnos de trabajo de Nochebuena y Navidad no se ha afecado por ausencias del personal, en respuesta a las advertencias publicadas en redes sociales sobre una nueva ola de “blue flu”, para exigir aumentos salariales y el pago de la deuda millonaria del exceso del tiempo compensatorio.

“No tenemos personal enfermo masivamente, lo normal de esta época que la gente se reporta (ausente) por diferentes incidentes...no lo esperamos. Estamos preparados para atender cualquier situación del pueblo de Puerto Rico”, respondió Crispín Reyes, durante la conferencia de prensa En Récord, desde La Fortaleza, donde se habló de la campaña para prevenir los disparos al aire en Despedida de Año.

El 18 de diciembre, la gobernadora, Jenniffer González Colón, sostuvo una reunión de trabajo con representantes de nueve gremios de la Policía de Puerto Rico, acompañada por su equipo de trabajo, con el objetivo de escuchar sus preocupaciones.

Sobre el tema del aumento salarial, González Colón, se reafirmó en que el componente fiscal del Gobierno, incluyendo AAFAF y la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), se ha mantenido trabajando en coordinación con la Junta de Supervisión Fiscal y que es probable que pueda alcanzar un acuerdo para el primer trimestre del próximo año.

Existen casos en los que no se han revisado las escalas salariales desde los años 2005, 2018 y 2020. Además, policías recién reclutados reciben un salario que no compite con los de Estados Unidos.

Los uniformados están pendientes también a que se les salde la deuda de unos $32 millones pendiente desde el 2017. por concepto del exceso de las 480 horas de tiempo compensatorio, que se supone se pague en un plazo de 45 días. En la actualidad esperan por la contratación de una firma de auditoría que evalúe y ajuste los pagos.

Campaña de “No Balas al Aire”

Durante su intervención En Récord, Crispín Reyes, estuvo acompañada de Carlos Negrón Santiago, el padre de la última víctima de una bala perdida en Despedida de Año del 2011, para darle continuidad a la campaña contra los disparos de armas de fuego al aire durante las festividades navideñas.

Ambos resaltaron que esta peligrosa práctica ha cobrado vidas inocentes y provoca tragedias que pueden evitarse.

“Queremos que el 31 de diciembre sea uno de unidad familiar y que comencemos el 1 de enero sin que una familia de Puerto Rico tenga una víctima o una muerte a consecuencia de una bala perdida”, sostuvo la coronel. Esta campaña se lleva a cabo desde hace 22 años.

Advirtió que, disparar al aire tiene una pena fija de cinco a diez años de prisión, no tiene derecho a cumplir la sentencia en probatoria.

Karla Michelle Negrón Vélez, de 15 años, en Villa Palmeras, Santurce, cuando fue alcanzada por una bala en la cabeza, que la mantuvo luchando por su vida -junto a un pueblo- durante13 días, hasta que falleció.

Por su parte, el padre de Karla Michelle recordó que detrás de cada estadística hay una familia marcada por el dolor, e hizo un llamado a celebrar con responsabilidad y respeto por la vida.

“Lamentablemente mi niña, Karla Michelle Negrón Vélez, fue la última víctima de una bala perdida. Un inconsciente o una inconsciente, porque las mujeres también disparan, disparó esa noche al aire y una de las balas alcanzó a mi nena muriéndo el 13 de enero del 2012 y no queremos que ninguna otra familia pase por esto. Duele y duele de verdad el no tener a nuestra niña físicamente en casa”, dijo compungido Negrón Santiago.

Recordó que gracias a la donación de sus órganos su hija dio vida a cinco personas.

Entre los años 2000 al 2024, se reportaron cinco muertes y 93 personas resultaron heridas por balas perdidas.

Además, se habló sobre la campaña anual educativa para prevenir el peligroso uso de la pirotecnia legal o ilegal.

Desde la despedida de año 2021-2022 no se han reportado muertes relacionadas con el uso de pirotecnia. No obstante, el año pasado ocho personas resultaron heridas, con quemaduras, amputaciones de extremidades y pérdida de visión o audición como resultado de la manipulación del explosivo.

La última víctima fue Jared Rodríguez Calderón, de 21 años, falleció debido a la presión de grupo cuando se colocó el mortero poco después de la medianoche del 1 de enero de 2022 en el sector Hato del barrio San Salvador, en Caguas.

La otra muerte ocurrió a principios de noviembre de 2020, cuando Heriberto Valentín Vale, de 55 años resultó herido con un mortero en el barrio Naranjo, en Moca.

Para reportar confidencialmente a personas disparando al aire o haciendo uso indebido de pirotecnia se exhortó a llamar al (787) 343-2020.