La Policía ocupó en la tarde de hoy, viernes, el arma con la que Roberto Figueroa Castillo admitió haber matado de  cuatro disparos en la espalda a Steven Cruzado Torres.

El teniente Joel González, director de la Unidad de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC), de la comandancia de Mayagüez, informó que como parte de su declaración el asesino confeso indicó dónde había lanzado el arma homicida.

“Ocupamos el arma, un revólver Smith & Weson calibre 32 con cinco balas disparadas y una mascada en el techo del edificio 18 del residencial El Recreo de San Germán, donde el sospechoso reside con su compañera sentimental” dijo el teniente González a Primera Hora.

El fiscal José Criado, quien junto al agente de homicidios José Ruiz realizan la investigación del asesinato, tomaron la declaración jurada a Figueroa Castillo.

El joven se entregó al mediodía en la fiscalía de Mayagüez acompañado de su abogado, Hermes Acevedo Lebrón.

Se espera que esta misma tarde se le radiquen cargos a Figueroa Castillo por los delitos de asesinato en primer grado, Ley de Armas y maltrato de menores, dado que al momento del crimen el sospechoso se encontraba en unión a un niño de 10 años, hijo de su compañera sentimental.

El incidente violento ocurrió el miércoles cuando ambos jóvenes jugaban baloncesto en una cancha del barrio Minillas de San Germán.

Figueroa Castillo alega que entró en cólera cuando Cruzado Torres le bloqueó su tiro al canasto, le dijo palabras soeces y le dio una bofetada. Esta versión contrasta con la ofrecida por algunas de las 15 personas que se encontraban en la cancha al momento del crimen.

Las declaraciones de los testigos apuntan a que cuando Cruzado Torres bloqueó con sus manos el tiro de Figueroa Castillo para que no encestara la bola, el joven lo increpó y la víctima le dijo: “chico eso es jugando, no seas llorón”.

Fue entonces que Figueroa Castillo sacó un arma de fuego, caminó hacia Cruzado Torres y le hizo los mortales disparos por la espalda.