En septiembre comenzarán las capacitaciones para policías estatales y municipales, así como a cadetes, sobre las intervenciones “correctas y sensibles” con personas diagnosticadas con el trastorno del espectro autista (TEA), tras la firma de un memorando de entendimiento con la Alianza de Autismo de Puerto Rico.

El comisionado de la Policía, Joseph González, anunció que la iniciativa está dirigida al manejo adecuado de casos que involucre a personas dentro del espectro del autismo y con empatía.

Este trastorno neurológico afecta a cada uno de una manera diferente. Estas personas a menudo enfrentan desafíos en la comunicación y la interacción social, así como patrones de comportamiento repetitivos o restrictivos.

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El currículo incluirá talleres prácticos, ejercicios de simulación, conferencias impartidas por especializas y testimonios directos de padres, madres y policías que viven esta realidad en sus hogares.

“Se trata de servir con humanidad. Esta alianza es un paso firme hacia una fuerza más sensible, informada y preparada para proteger a todas las personas por igual”, afirmó el comisionado, quien añadió que “nos toca escuchar, aprender y reconocer que cada vida tiene un contexto distinto. Cuando un niño o una persona con autismo se enfrenta a una situación de crisis, no podemos reaccionar desde el desconocimiento. Debemos responder con empatía, con herramientas y con respeto”.

Joyce M. Dávila, directora ejecutiva de la Alianza de Autismo, quien es madre, educadora y activista, por su parte, resaltó la urgencia de establecer el acuerdo el que describió como un puente de entendimiento entre las fuerzas del orden y personas con autismo en Puerto Rico, ante el aumento de estos diagnósticos.

El autismo creció un 384% del 2000 al 2022, según se observa no solo en Estados Unidos sino en la Isla. Mientras, casi el 14% de la matrícula del Programa de Educación Especial fue diagnosticado con TEA para el año pasado.

Dávila presentó estadísticas de la red de monitoria de Puerto Rico del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), que demuestran que uno de cada 38 niños de ocho años lo presenta y uno de 21 de cuatro años ha sido diagnosticado.

“Quiere decir que cada día está aumentando la prevalencia y esto solamente en cuatro años, cada día somos muchos más. Sabemos que hay policías con hijos con autismo y que hay mucha sensibilidad en nuestra población, es cuestión de que vamos a educarlos para que entiendan cómo manejarlos”, destacó Dávila, quien es madre de una joven adulta con autismo.

La vicepresidenta senior de Asuntos Clínicos de la organización APS Health (Apoyo Psico-Social), la doctora Wendy Fernández, detalló que la meta es que el adiestramiento sea uno dinámico con herramientas prácticas para que todo el personal de la Policía pueda intervenir tanto con personas que tienen autismo, que no todos son niños, sino también con su familia.

“Los adiestramientos esperamos comenzarlos en el mes de septiembre, estaremos en el área metropolitana y el área oeste y más adelante probablemente podamos seguir por toda la isla, para lograr esa cohesión, esa información, esa formación de todos nosotros para poder tener esas intervenciones que necesitamos que sean correctas, sensibles, para tanto los pacientes como la familia”, subrayó.

El Centro de Llamadas de APS estará disponible para asistir las 24 horas a los agentes en tiempo real, durante estas intervenciones que requieran apoyo especializado.