Cargos en ausencia fueron radicados esta tarde por los delitos de asesinato en primer grado contra dos implicados en el crimen del agente Víctor R. Rivera Torres, asesinado el 18 de agosto del año 2006, al resistirse al hurto de su vehículo en el estacionamiento del centro comercial Río Hondo Mall, en Bayamón.

La jueza Mariluz Rodríguez, del Tribunal de San Juan, expidió dos órdenes de arresto con fianzas individuales de $10 millones contra Jeremías Hernández Bidot e Ismael Rivera Morales, quienes se encuentran encarcelados en prisiones de Estados Unidos. Los cargos por delitos de robo y violación a la Ley de Armas prescribieron.

La pesquisa le fue asignada al agente Joel Colón Justiniano, adscrito a la División Especializada de Crímenes Mayores, durante el mes de agosto del año pasado.

De acuerdo al relato de hechos, Rivera Torres se encontraba en el estacionamiento despidiéndose de una joven con la que había cenado, cuando se les aproximó un automóvil color oscuro del que se bajaron dos individuos.

Cuando el dúo se le acercó a Rivera Torres con la intención de anunciarle el asalto, este intentó desenfundar su arma de reglamento, pero fue desarmado por Hernández Bidot y asesinado de cinco impactos de bala en el rostro y el cuello por Rivera Morales, quien portaba un arma ilegal marca Colt Commander calibre .45.

Luego del crimen, ambos abordaron el vehículo en el que llegaron y huyeron del lugar hacia Barrio Obrero, Santurce, donde cometieron el delito de carjacking contra un ciudadano a quien despojaron de en vehículo Jeep Cherokee color rojo.

El 23 de agosto del año 2006, utilizando ese vehículo hurtado, intentaron asaltar un negocio en Puerto Nuevo, donde fue detenido por la policía Rivera Morales, a quien le ocuparon la pistola que luego el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) determinó fue la que utilizó para asesinar al policía.

De las entrevistas realizadas surgió información que indicaba que Hernández Bidot logró huir del lugar del arresto con la pistola marca Smith & Wesson de calibre 9 milímetros, que le habían robado al agente antes de ser asesinado.

Los imputados se encuentran presos en cárceles de Florida y Pensilvania, y se iniciaron las gestiones para su extradición a la Isla.

Durante la nueva investigación del caso se descubrió que ninguna de la evidencia ocupada, incluyendo el arma con la que presuntamente había sido asesinado el policía, había sido analizada por el ICF, por lo que solicitaron su análisis.

Luego de localizar en prisión a Rivera Morales, el individuo le confesó al agente Colón que le disparó al policía con la intención de robarle su automóvil, mientras que Hernández Bidot se comprometió a cooperar con la investigación.

El investigador realizó una rueda de confrontación con los sospechosos la cual resultó ser positiva.