Revelan desgarradores detalles en caso de menor acusado de asesinar a su madre
La defensa intenta que su confesión no sea admisible.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Quiñones Pizarro, adscrito a la División de Homicidios de Carolina, fue quien le tomó la confesión al menor, mientras se encontraba acompañado por un adulto, el primo de la víctima, Rafael A. Mojica Rupert, que le suplió capacidad al menor al momento de hacer las admisiones.
“Ella cae de espalda bocarriba y se golpea con el inodoro. Él la empujó bien fuerte…detrás de la cabeza vio un hilo de sangre, la tocó y estaba dura. Él me dice que creía que estaba muerta. Salió corriendo para la cocina cogió un cuchillo…comenzó a apuñalarla”, sostuvo el agente Quiñones Pizarro, quien lucía afectado con su relato.
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Alegó que el adolescente presuntamente le reveló que la apuñaló en unas seis ocasiones.

Agente Héctor M. Quiñones Pizarro. (Maribel Hernández/ Primera Hora)
El policía dijo también que la entrevista con el menor tuvo que interrumpirse en varias ocasiones porque irrumpía en llanto al igual que Mojica Rupert, quien podría sentarse en la silla de los testigos durante la tarde de hoy luego de su incomparecencia en la vista del pasado 11 de septiembre.
El testimonio es clave porque permitiría que se diera paso a la declaración jurada de los agentes que entrevistaron a Torres Mojica el pasado 18 de junio, cuando acudió a la comandancia de área de Carolina para revelar que supuestamente mató a su madre y que dos días después dispuso del cuerpo amortajado al lanzarla a un pastizal en el sector La Vega en Canóvanas a corta distancia de su hogar.
A preguntas del fiscal Omar Barroso, el agente Quiñones Pizarro dijo que el menor les indicó que no “quería abogado que él quería hablar, que él quería salir de esto ya”.
El agente contó que el imputado, acusado como adulto, le habría indicado que el 25 de mayo su progenitor lo llevó a una fiesta en la playa del Condado y lo recogió entre 9:30 y 10:00 p.m.
Al montarse en su vehículo, la madre notó que el menor supuestamente estaba bajo los efectos de sustancias controladas “estaba medio arrebataíto” por lo que comenzó a discutir con él y a regañarlo.
Al llegar al hogar le pidió que se bañara con la manguera en el exterior porque tenía su cuerpo cubierto de arena. Al regresar a la casa continuó la discusión porque dentro del bulto presuntamente le encontró marihuana. Mientras discutían, caminaban hacia el baño donde ocurrieron los sucesos.
Luego el menor narró que estuvo unos 40 minutos llorando y pensando qué iba a hacer.
Posteriormente, se cambió en dos ocasiones de ropa porque estaba manchada con sangre, buscó las llaves de la guagua Hyundai Tucson, blanca, propiedad de su madre y la tarjeta de ATH que guardaba en el vehículo y se dirigió hacia una gasolinera Puma localizada en la carretera PR-185 en Canóvanas donde retiró $400.
Durante el interrogatorio al agente investigador el jovencito, esposado de manos y pies, se mantuvo atento, en ocasiones bajaba la vista, apretaba los dientes y constantemente movía los pies.
Luego se trasladó al parque de la urbanización Quintas de Canóvanas donde durmió dentro de la guagua. Al día siguiente, se fue a la playa con unos amigos, en la tarde fue a Río Grande a adquirir marihuana y medicamentos controlados, compró comida en un restaurante de comida rápida y regresó al parque donde estuvo con unos amigos con quienes supuestamente consumió sustancias controladas.
El 27 de mayo, en horas de la noche regresó al hogar ubicado en el barrio Campo Rico en Canóvanas para disponer del cadáver de su madre y tras limpiar la sangre lo arrastró para envolverlo en una colcha y lo cargó para colocarlo en la parte posterior del vehículo.
“Le metió las manos debajo de las axilas, la arrastró y la puso en la parte de atrás de la guagua”, indicó el agente.
Agregó que manejó del kilómetro 6.8 al 7.6 donde dispuso del cuerpo en un área de vegetación alta.
El 18 de junio, dejó el vehículo abandonado en el estacionamiento que ubica frente a los cines del centro comercial The Outlet at Route 66 en Canóvanas porque estaba sin gasolina.
La defensa encabezada por la licenciada Laura Coss Guzmán, de la Sociedad para la Asistencia Legal, ha solicitado que no sea admisible la confesión del imputado por no existir base para la misma debido a que no se le ha demostrado al tribunal que Mojica Rupert conocía las consecuencias de suplirle capacidad al menor.