En sus confesiones, los alegados perpetradores del secuestro y asesinato de la ponceña Janice Marie Zengotita Torres –quien murió en medio de un confuso crimen por encargo en hechos ocurridos en Kissimmee, Florida– describieron que la víctima luchó por su vida y suplicó que no la mataran. Pero los ruegos fueron ignorados y la mujer, madre de un adolescente de 14 años, fue silenciada a golpes y con una bolsa plástica sobre su cabeza que, finalmente, la asfixió.

Así lo describió vía telefónica a Primera Hora el capitán Jacob Ruiz, de la oficina de alguaciles del condado de Osceola (Kissimmee), al detallar los pormenores de la pesquisa inicial del caso que ha consternado a la ciudadanía y que tiene como antagonistas a un trío de puertorriqueños que llegaron a Estados Unidos tras el paso del huracán María.

La génesis de esta historia de terror, según declararon los imputados, tiene en un primer plano a Ishnar López Ramos, una maquillista profesional, de 35 años de edad, que desde el pasado noviembre se había mudado al estado de la Florida, donde mantenía un vínculo amoroso con un hombre (cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades) que, a su vez, tenía una relación sentimental con una fémina que trabajaba en una tienda por departamento. 

“En esa misma tienda trabajaba la víctima y, realmente, son bastante parecidas… creemos que ahí vino la confusión y que la mataran equivocadamente”, dijo Ruiz.

En medio del triángulo amoroso y en un acto de despecho, López Ramos supuestamente contactó a Alexis Ramos Rivera y a su novia Glorianmarie Quiñones Montes, para que cometieran un “asesinato por encargo” contra la mujer que veía como su “rival”. 

Se desconoce cuál fue la negociación monetaria entre las partes, pues es un dato que todavía está bajo investigación, explicó el capitán Ruiz.

El secuestro

Así las cosas, el maquiavélico plan se pautó para llevarse a cabo entre el pasado sábado, 6 de enero (Día de Reyes) y el domingo 7. 

Esa noche, Zengotita Torres trabajó hasta el cierre del establecimiento. 

Era cerca de la medianoche cuando entró en su auto y condujo hasta una farmacia a comprar leche.

“Después, siguió para su casa y es ahí, cuando estaba llegando, que la secuestran (Ramos Rivera y Quiñones Montes)… ya la venían persiguiendo desde su trabajo”, detalló el oficial. 

De la declaración se desprende que metieron a la víctima en el baúl de su propio auto, el cual fue conducido por uno de los imputados, mientras otro lo seguía en el otro vehículo. 

Fue así como llegaron hasta un cajero automático, robaron la tarjeta de débito de Zengotita Torres y la obligaron a decir su número secreto. De allí retiraron $500, el máximo permitido por día. 

“Después de eso siguieron para un hotel en Orlando y es ahí que se percatan que tenían a la persona equivocada. Pero con todo y eso siguieron con el plan de ellos para matarla”, dice Ruiz.

“Trató de pelear”

El capitán relató que, según el testimonio de los imputados -quienes fueron ingresados a la cárcel luego de que se le radicaran cargos, sin derecho a fianza, de asesinato premeditado en primer grado- la víctima clamó por su vida. 

De hecho, batalló para sobrevivir.

“Amarraron sus manos con un lazo plástico, le taparon la boca con duck tape y le pusieron una bolsa sobre la cabeza. Ella trató de pelear para que no la mataran, pero la atacaron físicamente… después de un rato, perdió el conocimiento por los golpes, y murió asfixiada por la bolsa en la cabeza”, relató el oficial sobre la mujer cuyo velatorio se llevará a cabo esta semana en la funeraria San Juan Funeral Home, en Kissimmee, según confirmó una empleada a este diario.

Posteriormente, los presuntos criminales recorrieron casi 100 millas hasta llegar a una zona cercana a Daytona Beach y arrojaron el cuerpo en un área boscosa. Regresaron a Orlando y abandonaron el auto de la víctima en otro sector.

“Esa mañana subsiguiente (7 de enero) un empleado de construcción encontró el cuerpo... Para ese entonces el esposo de la víctima (Wilfredo Sánchez) también reportaba que su señora estaba desaparecida. Pero todavía no habíamos confirmado la identidad… Recuerdo que él dijo que le estuvo sospechoso que su esposa no llegara a la casa y que se haya realizado una transacción de su cuenta de banco durante la madrugada”, destacó sobre el viudo, quien también acudió a la red social Facebook buscando respuestas sobre el paradero de quien fuera su esposa por los pasados 15 años.

Búsqueda y captura

Precisamente, la torpeza de retirar dinero en varias ocasiones con la tarjeta de débito de la víctima, fue lo que llevó a la captura del trío de imputados. Pero lo más frívolo fue la maniobra que utilizaron para la estafa.

“Quien retiraba dinero era la sospechosa de ser la autora intelectual (la maquillista). Cada noche, después del día del crimen, iba a algún cajero automático en diferentes condados a retirar dinero. Y lo hacía vistiendo ropa -una blusita que le quitaron a la víctima- para tratar de parecerse a ella ante las cámaras”, explicó el oficial.

Confirmó que ampliaron el cerco solicitando ayuda de la policía de varios condados. “En una de las noches estuvimos a punto de arrestarla, pero llegamos tres minutos tarde… el monitoreo se hacía a través de la cuenta de banco de la víctima”, explicó para agregar que, finalmente, el arresto se efectuó la madrugada del jueves, 11 de enero cuando “la pillamos haciendo la transacción”.

Tras su arresto, la mujer fue llevada un cuartel donde “cooperó con la investigación” revelando el relato descrito antes por Ruiz.

“I’m sorry”

Horas más tarde, la pareja de novios también fue llevada a la comisaría. 

En un vídeo que circula en diversos medios estadounidenses, se ve el momento en que arrestan a los jóvenes contratados para el crimen por encargo. A preguntas de periodistas, ambos hicieron escuetas declaraciones.

“I’m sorry (lo siento)”, dijo Ramos Rivera cuando le cuestionaron si tenía algo que decirle a la familia de la víctima. Por su parte, una llorosa Quiñones Montes respondió con un “I do not anything” (no hice nada) cuando se le inquirió si se arrepentía de lo que sucedió.

Doloroso proceso de recuperación

Mientras, el viudo de Zengotita Torres, Wilfredo Sánchez, también se expresó a través de la plataforma de Facebook con un emotivo mensaje que lee: “Dios sabe cuánto te amo y te amaré toda la vida. Vuela alto, mi amor. Algún día nos vamos a ver”.

Por su parte, Eva Espada, prima del hombre, explicó por escrito a este diario que la familia está en un proceso de recuperación de “este episodio tan doloroso y difícil”, al tiempo que aclaró que todavía están en proceso de que el cuerpo de la víctima sea entregado por ciencias forenses.

“Queremos justicia y la pena máxima para estos tres criminales que tomaron la vida de nuestra Janice, quien era una mujer cristiana, luchadora, trabajadora, excelente esposa y madre”, agregó al agradecer la labor realizada por los investigadores de los condados de Volusia y Osceola.

Mientras el caso judicial continúa su curso, ya se desarrolló en redes un pedido de pena de muerte contra los tres imputados mediante un recogido de firmas en la página change.org.

Aunque Ruiz explicó que la naturaleza del delito cualifica para la pena capital, reiteró que es un asunto que debe considerar la fiscalía.

Precisamente ayer, el representante estatal de Florida, el puertorriqueño Bob Cortés, dijo a El Nuevo Día que le solicitará al gobernador de este estado, Rick Scott, que cambie la fiscal asignada al caso, Arianys Atala, quien se ha expresado en contra de la pena de muerte.