El segundo día de vista preliminar por el accidente “hit and run” en el que murió Natalia Nicole Ayala Rivera, y que se le imputa al pasado director de la Oficina de Turismo de Barceloneta, Carlos Julián Maldonado Dávila, arrancó con los testimonios estipulados de cuatro agentes de la Policía, entre ellos los oficiales que fotografiaron el cuerpo de la joven en Centro Médico y la guagua BMW color azul ocupada a Maldonado Dávila.

Uno de los testimonios presentados por Fiscalía fue el del agente José Pérez Rodríguez, quien hubiese declarado que el imputado lo llamó para preguntarle sobre qué consecuencias enfrentaría si hubiese tenido un accidente en un pueblo, pero lo hubiese reportado en otro.

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El primer testigo que se sentó a declarar hoy, en la vista que inició con más de una hora de retraso, fue el agente Christian Maldonado Soto, de la División de Patrullas de Carreteras de San Juan, quien llegó primero a la escena junto a otro compañero, pasadas las 11:30 p.m. del 4 de enero.

Precisó que originalmente transitó el área tras recibir una llamada de su supervisor, informando que llamaron al cuartel sobre un “intento suicida” en el elevado de la PR-22 con la PR-18. No encontró lo descrito, pero luego de una ronda llegó a la escena del “hit and run”, en la calle Chardón, salida hacia la PR-22.

Allí, encontró abandonado el vehículo de Natalia Nicole –con las luces intermitentes encendidas–, así como piezas de evidencia, entre ellas sangre, cristales, partes de un espejo retrovisor y un par de tenis blancos –uno de ellos frente al carro de la occisa y otro en la vía franca.

Maldonado Soto también fue el primer agente de la Policía en llegar al Centro Médico de Río Piedras a eso de la 1:15 a.m., en donde entrevistó a Carlos Sosa Bigio, víctima sobreviviente del choque y primer testigo del caso, y el padre de Natalia, Rolando José Ayala Colón.

Según Maldonado Soto, Sosa Bigio le comentó que estaba ayudando a Natalia Nicole a cambiar una goma vacía cuando escuchó un vehículo acercándose, “lo cual él (Sosa Bigio) mira, ya era tarde, estaba encima de ellos, los arrolla y se va a la fuga”.

Testificó que Sosa Bigio tenía una mancha negra en su pantalón “claro”, que describió como la de una llanta. También apuntó en sus notas que –según Sosa Bigio– Natalia lo estaba alumbrando con la luz de su celular mientras el joven intentaba cambiar la goma vacía.

Defensa apunta a incongruencias

En el contrainterrogatorio, el licenciado Pedro Sanabria Andino cuestionó que el oficial no recordara detalles como el nombre de Sosa Bigio ni el de Ayala Colón. Además, le preguntó si el área donde ocurrió el accidente carecía de alumbrado, a lo que el agente contestó en la afirmativa.

El abogado de defensa señaló que, en las notas del agente, está escrito que Sosa Bigio describió el vehículo que los impactó como de color “negro”, contrario al color azul que mencionó en su testimonio ayer, martes.

A la salida de la Sala 606 del juez Jimmy Ed Sepúlveda Lavergne, la fiscal Fabiola Acarón se mostró confiada en que el detalle del color del auto no infligirá en el resultado del caso.

“Recuerden que esto ocurre en un momento de mucha tensión, de mucha ansiedad para el joven (Sosa Bigio). Así que la descripción que da el joven del vehículo, que es un vehículo color oscuro, es compatible con la evidencia que tenemos”, destacó.

Durante el testimonio, el imputado mantuvo su mirada fija en el agente de Patrullas de Carreteras de San Juan, mientras sus padres observaban el proceso judicial desde un banquillo. Los padres de Natalia Nicole también estaban presentes, al otro extremo de la sala.

Maldonado Dávila enfrenta cargos por violaciones a la Ley de Vehículos y Tránsito. Se encuentra en libertad luego de prestar la fianza impuesta de $100,000 a través de un fiador privado.

La vista preliminar continúa esta tarde en el Tribunal de San Juan.