La marginal Villa Mar, de Isla Verde,en Carolina que el pasado Día de Reyes fue escenario de un tiroteo que conmocionó al País, hoy en la tarde reunió a feligreses, sacerdotes y líderes católicos que desde el lugar elevaron un rosario por la paz.

Con cartelones, rosarios en las manos y una imagen de la virgen, los católicos de iglesias de Carolina, Trujillo Alto y San Juan, se congregaron justo al frente del ahora clausurado negocio Zokkus, donde se suscitó el sangriento incidente que dejó un muerto y un herido.

“Oremos por Puerto Rico”, “Oremos por los pobres”, “Oremos por los presos”, leían algunos de los cartelones que cargaban feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, Vicaria de Carolina.

Los cinco misterios del rosario fueron dedicados a las víctimas de la criminalidad, a los fallecidos, a los heridos y a sus familias. También en las intenciones del rosario, se incluyó a “los gobernantes, a los que les toca hacer las leyes e implantar la política pública, la Policía, los que están a cargo del orden y a todo Puerto Rico”.

“Rogamos por el descanso eterno de los fallecidos y porque Dios enjugue las lágrimas del Pueblo”, dijo una feligresa al comenzar el rosario.

El acto religioso fue encabezado por el arzobispo de San Juan, monseñor Roberto González Nieves, quien hizo un llamado al Pueblo, a “no dejarse paralizar por el miedo” y a fomentar una cultura de paz.

Lamentó que el Día de la Epifanía, el pueblo de Puerto Rico contemplara otro pesebre, “un pesebre bañado en sangre”.

“Desde estas muertes ocurridas desde aquí, ya se pronosticaba el inicio de un año nuevo violento en Puerto Rico”, indicó el líder católico para destacar que la violencia, sea grande o pequeña, sea verbal o física, hace daño a la humanidad.

“Que la violencia no sea lo que nos distinga, la que nos defina, la que nos marque como pueblo; que la violencia no sea parte de nuestra cultura y que nos acostumbremos a vivir con ella, que seamos indiferentes ante ella, o que seamos un pueblo anestesiado ante la cultura de la sangre”, expresó.

Sostuvo que Jesús también vivió en tiempos de violencia, pero no enfrentó la violencia con violencia o con más violencia.  “Él nos enseñó que el verdadero campo de batalla, en el que se enfrentan la violencia y la paz, es el corazón humano”, sostuvo.

“De que nos vale ufanarnos diciendo que tenemos el mejor clima, las mejores playas, el mejor café, las mejores bellezas naturales, si todo ello lo empañamos con la violencia callejera, la violencia verbal, la violencia escolar, la violencia social, la violencia de género, la violencia doméstica, la violencia sexual, especialmente contra menores de edad y los seres humanos en el vientre materno y con las otras formas de violencia tan sutiles como la violencia del oportunismo, del saqueo, como dicen en buen boricua del ‘listerismo’ y del indiferentismo”, subrayó González Nieves.

Destacó sin embargo, que hay espacio para cambiar. “El ser humano fundamentalmente es bueno y debemos apelar a ese positivismo que reside en el corazón del ser humano, en el corazón del puertorriqueño y de la puertorriqueña para lograr un país más armónico”, indicó. 

“Con el miedo no resolvemos nada. Miedo es sinónimo de no hacer nada y una de las acciones es el manifestar que las calles son del pueblo y que la paz procede siempre de Dios”, destacó otro sacerdote, el padre Rodney Algarín, Vicario Episcopal de la zona de Carolina.

“Cuando hay problemas hay que orar. La fuerza de los cristianos está en la oración. La oración abre el candado y la oración de la paz”, expresó el sacerdote haitiano Olín Pierre Louis, párroco de la Iglesia San Mateo en Barrio Obrero.

“El llamado a la gente es a que en la familia haya un cambio”, dijo por su parte, doña Lucila Peña, feligresa de la parroquia Reina de los Ángeles de Isla Verde.