La continuación del juicio contra el muralista ponceño Juan Luis Cornier Torres, alias Manwe Uno, por el crimen de la joven sangermeña Valerie Ann Almodóvar Ojeda, siguió con el relato del compañero consensual de la occisa, quien figura como segundo testigo del ministerio público.

Esta mañana, durante el proceso realizado en la sala 606 del Centro Judicial de Ponce, el farmacéutico Osvaldo Andrés Antommattei Pesavento, mencionó la supuesta confesión de su pareja, quien fue brutalmente asesinada en diciembre de 2018, cuando en mayo de ese mismo año le dijo que había sido infiel con el ahora imputado del asesinato.

Aunque en sus expresiones al fiscal Ildefonso Torres Rodríguez, Antommattei Pesavento expuso que no estaba molesto con la revelación de su pareja, admitió que llamó a la madre de su novia, Zaida Ojeda, para que recogiera a su hija en la casa que compartían en Ponce, además de bloquearla en todas las redes sociales.

Asimismo, justificó su anuncio en la red social Tinder buscando pareja, el miércoles, 19 de diciembre de 2018, al señalar que se dio por vencido cuando la joven no contestó sus llamadas ni textos generados tras la desaparición.

Esto, ya que aparentemente no le daría una segunda oportunidad en la relación que reanudaron entre agosto y septiembre de 2018 luego de la ruptura ocasionada por la presunta infidelidad.

El cadáver amortajado y cubierto con bolsas plásticas de basura de Almodóvar Ojeda fue encontrado el 18 de diciembre en un paraje de la carretera PR-518 del barrio Garzas en Adjuntas, un día después de que fuera vista por última vez por su progenitora a quien visitó en su residencia en San Germán en horas del mediodía.

Durante el contrainterrogatorio de la defensa, el abogado José Colón Pérez insistió en obtener detalles de la situación ante las contradicciones que encontró en el testimonio del novio de Valerie Ann, pero el testigo respondió “no recuerdo” a gran parte de las preguntas.

Entre las situaciones que no recordó Antommattei Pesavento, era la frecuencia con la que se comunicaba con su novia durante la semana, y si acostumbraba a enviarle fotos y vídeos.

“No recuerdo”, insistió el farmacéutico, quien contestaba en inglés a gran parte de los cuestionamientos, además de “tutear” al abogado en múltiples ocasiones.

Ante la respuesta esquiva y su manera de contestar, la defensa solicitó al juez Daniel R. López González, que sacara al testigo de sala por haberle faltado el respeto. Sin embargo, la petición no fue avalada por el magistrado.

La defensa, entonces, presentó un vídeo supuestamente enviado por el hombre, que era de una obra teatral en la cual degollaban a una mujer. El testigo admitió que no le gustaba el teatro, ni los museos, pero que trataba de esforzarse para agradar a Valerie Ann en las cosas que a ella le interesaban.

“Yo envío videos a todo el mundo… a mis amigos, compañeros de trabajo, a mi familia… a todo el mundo”, acotó Antommattei Pesavento, quien mantuvo su posición de no “recordar” al insistir la defensa sobre el envío de ese contenido.

Después dijo que ese video se lo envió un tío.

El testigo tampoco se acordó de los mensajes de texto que intercambió con la sangermeña en agosto de 2018, antes de la reconciliación.

“Fue ella manipulando… me acuerdo completamente de esa conversación. Ella manipulaba a todo el mundo”, dijo el novio de Valerie Ann, el cual también se contradijo cuando se le preguntó si tenía un localizador en el teléfono de la occisa.

“No era el GPS del carro… ella me tenía a mí un GPS… ambos nos teníamos GPS”, argumentó mientras dijo que mantuvo ese localizador, “pero no en diciembre, porque don Eddy (padre de la joven) le rompió el celular”, agregó al contestar sobre un mensaje de texto enviado en agosto de 2018 donde Almodóvar Ojeda le reclamaba por haber implantado un localizador en su teléfono.

En otro incidente surgido el sábado, 15 de diciembre de 2018 -cuando el farmacéutico se “emborrachó” durante la fiesta de Navidad de la empresa para la cual trabaja-, dijo que llamó a su madre para que lo recogiera, pues no estaba en condiciones para conducir su vehículo.

Cabe destacar que, durante el primer relato, Antommattei Pesavento sostuvo que se cayó de la guagua de su progenitora cuando dos personas trataban de ingresarlo al vehículo, pero en el contrainterrogatorio dijo que no sabía si se había desplomado.

De otra parte, el testigo insistió en contestar las preguntas en inglés, otras en español, mientras que le dijo al abogado que “quiero terminar ya con esto”.

“Usted me está preguntando cosas de hace tres años”, manifestó al destacar que su relación con Valerie Ann era buena y que estaban muy enamorados.

Según el testigo, al otro día de la fiesta del trabajo llamó a su novia para que lo recogiera en su casa y lo llevara a buscar su carro en Yauco, pues no pudo traerlo por el estado de ebriedad en el que se encontraba.

Fue entonces cuando el domingo, 16 de diciembre por la tarde acudieron a un taller de máscaras en el Museo de Arte de Ponce, luego a cenar, y se retiraron a la vivienda que compartían en la urbanización Quintas de Monserrate.

Insistió en que la última vez que la vio fue el lunes, 17 de diciembre, cuando al despertar la joven se fue a tomar un examen en la Universidad Católica de Mayagüez.

Aunque dijo que se mantuvo durmiendo en distintos periodos ese lunes, expuso que habló con Valerie Ann, quien le mencionó que su examen había sido aplazado hasta el próximo miércoles, 19 de diciembre, y que le dijo que tenía hambre, por lo que ella se ofreció a llevarle comida de casa de sus padres.

Pero, luego de eso la joven no contestó más sus mensajes, aseguró.

“Es muy difícil interrogar a este señor”, expuso el letrado visiblemente cansado ante la actitud del testigo que luego aseguró: “estoy tan fatigado mentalmente”.

“Este fue el que me amenazó y me las pegó”, dijo sobre la foto de Manwe Uno que envió a su suegra mientras ella presentaba la denuncia oficial sobre la desaparición de la infortunada.

Asimismo, Antommattei Pesavento sostuvo que no recuerda la información que brindó al agente Félix Rodríguez del Centro de Investigaciones Criminales (CIC) de Utuado, cuando lo interrogaron el 19 de diciembre en el cuartel de San Germán.

“Me desnué, me desnué (sic)… (les di) todo lo que querían”, manifestó sobre su relato a la Policía.

“¿Quieres que me quite la camisa?”, dijo el testigo al abogado cuando le preguntó sobre unos supuestos rasguños que tenía en el brazo derecho, mientras resaltó que ese tipo de marca es usual en distintas partes de su cuerpo.

A ese argumento, tanto el fiscal como el juez resaltaron el hecho de que el farmacéutico había mencionado que duerme con sus perros.

“Puede ser con el cinturón… pudo haber sido los perros, pudo haber sido con el matojo que había al frente… no sé, no sé, no sé”, argumentó, al tiempo que no pudo precisar si eran “raspazos, arañazos o cortadura”.

“Querían mi DNA, pero yo dije que no”, dijo el testigo en otra instancia cuando la defensa cuestionaba sobre si sabía en qué momento le tomaron fotos a la extremidad marcada, si fue la Policía el 19 de diciembre de 2018 o en enero de 2019, al presentar una declaración jurada ante el ministerio público.

El juicio contra Cornier Torres continuará mañana, martes, y se extenderá hasta el viernes, 2 de julio en el Centro Judicial de Ponce.