Un entrenador puertorriqueño de boxeo fingió su asesinato con la ayuda de policías y agentes federales tras enterarse de que su esposa había contratado a unos malhechores para matarlo y cobrar un cuantioso seguro de vida. 

No es el guión de una película de Hollywood. Esta es una historia verídica que aún aterra a su protagonista, Ramón Sosa Ortiz, un boricua de Carolina, pero residente en Houston, Texas, que ha logrado llamar la atención de medios internacionales luego de darse a conocer los pormenores y fotografías del singular caso.

La intriga detrás de esta odisea fue relatada vía telefónica a Primera Hora por Ramón, quien aún no supera la desdicha vivida con la mujer que conquistó su corazón en 2010 en un club nocturno en Texas.

“Todo comenzó bailando, como dice la canción” de Frankie Ruiz, destaca el hombre de 50 años para explicar cómo conoció a María “Lulu” Sosa, una mexicana que lo cautivó por su “belleza” y el buen ritmo que tenía al bailar salsa.

“Al poco tiempo nos casamos y todo iba súper bien…al principio Lulu tenía que viajar con frecuencia a México, pero luego -ella y su familia- consiguieron la ciudadanía americana gracias a nuestro matrimonio. Y te diría que ahí más o menos comenzaron los problemas”, cuenta Ramón al agregar que en ese momento también confrontaban dificultades financieras en el gimnasio que ambos administraban (The Woodlands Boxing Fitness Gym).

Él se negaba a aceptar que la relación llegaba a su fin y la convenció de recibir terapia matrimonial. “Pero no funcionó y en marzo de 2015 ella me puso el divorcio… pero me lo hacía difícil porque lo quería todo: negocios, casa, carros. Y yo me oponía porque la inversión más grande para desarrollar el negocio fue mía”, aseguró.

Mientras el matrimonio iba a la deriva, Ramón cayó en una depresión y Lulu tejía una trampa mortal para que asesinaran a su marido. Su intención, según se descubriría luego mediante grabaciones encubiertas, era cobrar un seguro de vida y ser incluida en la herencia de bienes como viuda.

Lo que nunca imaginó la mujer es que contactaría a un conocido de Ramón para cometer la fechoría.

Y es aquí cuando entra a la historia un hombre apodado “Mundo”. Esta persona, según explicó Ramón a Primera Hora, lo había conocido hace 12 años a través de un programa de ayuda a delincuentes juveniles que tenía en un antiguo gimnasio.

“Era un programa para niños que estaban metidos en gangas y problemas en la calle… yo los ayudaba a salir de ese mundo a través del boxeo. Y así lo conocí a él y logré que cambiara su vida para bien”, dijo.

Fue Mundo -quien fingió ser un “asesino a sueldo”- quien alertó a Ramón sobre la conspiración que había en su contra.

“Recuerdo que ese día iba guiando cuando él me llamó para decirme que mi esposa me quería matar. Yo no lo creía. Pensaba que era una broma porque Mundo es bien charlatán”, narró.

Entonces, Ramón y Mundo decidieron tender una trampa a Lulu, grabando las múltiples conversaciones en las que se confabulaba el asesinato. 

“El plan incluía que Mundo contactaría a unos sicarios que se llamaban Paco y John para que me mataran… y ella se lo creyó”, continúa relatando quien para entonces aún convivía con su enemiga. “Dormía con un ojo abierto y otro cerrado. Te podrás imaginar. Yo sabía que muerto yo valía mucho más para ella que vivo”, aseguró.

Tras recopilar bastante material Ramón recurrió a la policía de Texas, quienes tras hacer sus averiguaciones decidieron continuar con la farsa para “atrapar” a la mujer, quien ya para entonces ofreció pagar a los criminales con joyas, autos y $2,000 en efectivo.

El siguiente episodio de la trama incluyó a agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), quienes convencieron a Ramón de fingir su muerte.

“Los agentes buscaron diversas fotos de personas asesinadas y dejándose llevar por una de esas imágenes -en las que había un hombre con un balazo en la sien- fue que me maquillaron. Fue como un disfraz de Halloween. Me acuerdo que cuando me miré en el espejo no lo podía creer. Estaba traumatizado”, expresó.

Posteriormente, los policías lo llevaron a un área desierta, cerca de un rancho y lo desnudaron. “Fue increíble. Me dejaron en calzoncillos, me amarraron, me pusieron en una fosa que habían creado y me tiraron tierra. Después me hicieron fotos de diferentes ángulos”, detalló sobre las imágenes que, posteriormente, le fueron entregadas a Lulu como “evidencia” de que el trabajo había culminado. “Ella se río al ver las fotos”, dijo Ramón.

Luego, los agentes se encargaron de esconder durante tres días a Ramón en un hotel. Ni siquiera sus padres conocían su paradero.

“Después los encubiertos fueron al gimnasio y le preguntaron a ella sobre mi desaparición y ella se hizo la mosquita muerta y hasta la más traumatizada. Y ahí fue que los policías le dijeron que estaba bajo arresto por la solicitud de muerte que había hecho contra mí”, explicó.

Lulu fue detenida en julio de 2015, pero no fue hasta septiembre de 2016 que fue sentenciada a 20 años de cárcel, tras declararse culpable de los cargos en su contra.

“Nunca mostró arrepentimiento. Nunca me dirigió la palabra. Nunca me miró a la cara. La última vez que la vi le hablé y le dije que nadie es perfecto y que todos cometemos errores, pero que debía pagar por lo que hizo”, destacó al agregar que su caso salió a la luz recientemente tras darse a conocer por vez primera las fotografías del asesinato fingido.

En cuanto a Mundo, dijo, continúan en constante comunicación. “Son increíbles las cosas de Dios. Una vez yo lo salvé a él, y ahora fue él un ángel en mi camino”, indicó agradecido quien ha recibido ofertas para escribir un libro o realizar una película sobre lo acontecido.