Con muchas personas y pocos incidentes, como ha sido la norma desde el pasado jueves, la algarabía en el Viejo San Juan arrancó hoy domingo desde muy temprano, en el cuarto y último día de las Fiestas de la Calle San Sebastián.

José Rivera Santana, director del Departamento de Planificación Urbana y Permisos de la Capital, informó que a eso de las 11:30 a.m. fue cerrada la Isleta de Viejo San Juan ante la gran cantidad de personas que llegaron hasta la zona para disfrutar de las actividades.

"Habíamos pensado que tendríamos que cerrar a las 12:00 p.m. y tuvimos que cerrar antes", dijo Rivera Santana.

El planificador dijo que hoy domingo, contrario a lo que se reportó en los primeros días de las Fiestas, no se han reportado manifestaciones de grupos de taxistas y el servicio ha fluido con normalidad.

La queja principal, tanto del Sindicato General de Taxistas, de la Asociación de Taxistas y de la Federación de Taxistas, era que el Municipio de San Juan le había quitado oportunidades de negocio al contratar guaguas escolares para brindar servicio de transportación a los ciudadanos desde el Centro de Convenciones de Puerto Rico hasta las Fiestas de la Calle San Sebastián.

 El sábado, el municipio les garantizó a los taxistas que la ruta del Centro de Convenciones sería exclusivamente para ellos, que bajarían de 48 a 15 las guaguas contratadas y que la ruta a cargo de la ciudad capital, sería únicamente la del estadio Hiram Bithorn hasta el Viejo San Juan.

 "Hoy ha estado fluyendo normalmente, los acuerdos de ayer han funcionado", dijo Rivera Santana.

Aún con esas modificaciones, el Municipio ha transportado a miles de personas en los primeros días de fiesta, agregó Rivera Santana.

Mientras, en la calle, las miles de personas que llegaron desde bien temprano al Viejo San Juan, disfrutaban de artistas pintando camisas en plena calle, vendedores de artesanías en las plazas y puestos de venta de frituras y otros comestibles, entre muchas otras amenidades.

Rafael Rueda, su esposa Sandra y su hijo Juan Rafael se dirigían a eso de la 1:00 p.m. a la Plaza de La Barandilla, donde había actividades para niños.

 "(Ha estado todo) Muy bien. Todo en paz. Llevamos ya un rato disfrutando", dijo Rueda, quien anticipó que tardará horas en salir de Viejo San Juan.

Otros como José Báez, de Carolina, fue por primera vez ir a las fiestas con sus hijos Jerisbeth, de cinco años, y Dereck, de casi dos años.

En tanto, los comerciantes trataban de sacar el máximo a las ventas y algunos vecinos se las ingeniaron para convertir sus casas en puntos de venta. Pero no a todos les fue bien, como a Kelly Demazy, residente en San Juan pero natural de París, Francia, que convirtió la puerta de su hogar en un negocio de crepas.

"Me doy cuenta que los puertorriqueños no conocen las crepas. Vienen y me dicen: 'tienes frituras', yo les digo, 'no crepas. Son más saludables', y se van", dijo Demazy tras preparar uno de sus platos con guineo y nutella.

Y no faltó la imaginación de los puertorriqueños. Otro residente, Orlando Ruiz- Roque, decidió regalar besos, pero de sus mascotas, para una buena causa. Al lado de sus perros raza Yorkshire, Toby y Maya, había una alcancía para recoger donaciones para la organización Save a Sato.

"Ese letrero yo lo reciclé de una persona que viene desde Arecibo, y me dio la idea de que los perritos míos regalaran besos. Hace poco se me ocurrió recoger dinero para Save A Sato", dijo Ruiz-Roque.

Ruiz-Roque elogió la organización de las fiestas de este año, específicamente la idea de no permitir que autos se estacionarán en algunas calles del casco histórico, al tiempo que exhortó a que, una vez se acaben las festividades, la alcaldesa Carmen Yulin Cruz nombre un comité tipo “Blue Ribbon” con vecinos para comenzar a evaluar las fiestas y mejorarlas para la edición de 2014.

Las Fiestas de la Calle San Sebastián culminan esta noche.