Era la medianoche, soplaba solo un leve viento. Lo suficiente para mover las hojas de los árboles y las carpas que cobijan a los clientes de los “food truck” la Sabrosa Pizza y Sabrosón Sandwiches. El huracán María amenazaba, pero las respectivas cocinas seguían abiertas para clientes que no se intimidaban con el aviso ciclónico.

Elena Medina, quien atendía la pizzería ubicada en Arecibo, dijo que habían atendido a cientos de clientes, casi todos sus clientes habituales del Hospital Pavía y pedidos que les hacen por teléfono para llevar.

“Ya mismo nos vamos. Estamos cerrando”, aclaró Yomaira Avilés, quien atendía la sandwichera.

Los restaurantes abrieron a las 6:00 de la tarde y aprovechaban para dar servicio en la Villa del Capitán Correa donde prácticamente todos los lugares de comida estaban cerrados.

“Ha venido mucha gente”, aseguró Linoska Carrión, mientras iban cerrando la operación en la noche antes del azote del huracán María.