Se retira el magistrado Justo Arenas
El magistrado se distingue por su afabilidad, simpatía y jocosidad.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Todo es y ha sido en abril.
Tras 30 años desempeñándose como magistrado federal, Arenas cumple el plan que se había propuesto de retirarse cuando cumpliera los 65 años de edad.
Su cumpleaños es el 10 de abril. Hoy , en el Tribunal Federal se celebra “una despedida de sorpresa”, que no es tan sorpresa, ya que se enteró hace varios días.
Abril es un mes significativo para Arenas, ya que fue un 20 de abril de 1981 que fue nombrado magistrado.
El 9 de abril celebra también su aniversario de bodas, otros treinta y tantos, con su esposa Gail Arenas, directora ejecutiva del Club Ultramarino de Prensa (OPC).
Arenas es altamente apreciado por los abogados que postulan en el Tribunal Federal, quienes consideran que “ Justo es buena gente, pero es bien fuerte”.
El magistrado se distingue por su afabilidad, simpatía y jocosidad, lo que no le resta seriedad en momentos en que imparte la justicia, como señaló Primera Hora en una entrevista.
En el salón de conferencias de su oficina creó “una juguetería encantada”, en la que se destaca una vía de tren en el centro de la mesa y entre libros jurídicos en la que descansa una locomotora.
“Es para relajarme”, dijo entonces.
En la juguetería se aprecia su colección de aviones y barcos de guerra, incluidos una réplica del acorazado Arizona y una corneta de batalla.
Es que, otra gran pasión del magistrado es el pertenecer a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Ésa es una de las razones por las cuales nunca consideró ser juez.
“Felicidades”, le dijo Primera Hora de forma sorpresiva, por su retiro, su cumpleaños y su aniversario.
“Bueno, se celebra mi retiro mañana, pero sigo con un juicio y tengo par de casos por terminar”, dijo.
¿No va a descansar?
“No. Me iré para Europa, pero es para hacer otras cosas, “no a descansar, sino para hacer la Reforma Judicial en varios países, Moldivia, Pakistán, y alguna otra república de la antigua Union Soviética.
¿Qué hizo con los juguetes?
“Me los llevé. Los trenes están en mi casa. Juego con ellos todas las noches”.
También se llevó toda su colección de maquinillas antiguas, de la que la más vieja data de 1920 y la donó a un museo.
También tiene una colección de cámaras antiguas que prometió donar a una apasionada fotógrafa.