Luego de que la jueza Mariela Miranda Recio, en el Tribunal de Primera Instancia de Bayamón, le impusiera una sentencia de 109 años de prisión a Keishla Pérez Bigio por haber ordenado el asesinato de su madrastra, la empresaria Hilda Padilla Romero, el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli, expresó que “tendrá toda una vida para arrepentirse de sus actos crueles y perpetrados de manera fría y calculada”.

La reacción la emitió tras reconocer la labor de los fiscales Carmen Iris Ortiz Rodríguez, Gracielis Vega Bermúdez e Iván Rivera Labrador en el caso judicial contra Pérez Bigio.

“Destaco la labor de excelencia de los fiscales, quienes litigaron arduamente hasta el final, durante un proceso que duró años, y lograron que se le hiciera justicia a la familia de Padilla Romero. Nuestra solidaridad con sus hijas y parientes”, expresó el titular de Justicia.

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Por su parte, la jefa de los fiscales y quien formó parte del equipo que lideró el caso en la fase inicial, Jessika Correa, manifestó que “este es un caso que he tenido muy cerca como fiscal, pues fui la fiscal de escena e investigadora de este vil asesinato que conmovió a un pueblo entero, por la forma y manera en la que ocurrieron los hechos, múltiples disparos a una madre acompañada de sus dos hijas. Tras el fallo de culpabilidad y la sentencia de 109 años de Keishla Pérez Biggio, hoy se cierra el último capítulo de esa tragedia y se le hace justicia a la familia Padilla. Mi agradecimiento a los fiscales que llevaron el proceso ante el Tribunal”.

Durante el juicio, celebrado a finales del pasado año, se desfiló prueba que demostró que Pérez Bigio pactó y pagó $1,500 a William Avilés González y Luis González Martínez para asesinar a su madrastra, la empresaria Hilda Padilla Romero.

Padilla Romero fue baleada el 30 de septiembre de 2019, mientras conducía por la avenida Los Filtros, en Guaynabo, acompañada de sus dos hijas, de 8 y 17 años. Las menores resultaron ilesas.

Según trascendió en el tracto del caso, Pérez Bigio pactó contratar a Avilés González y González Martínez por $2,000. Pero, terminó pagándole $750 a cada uno de los gatilleros.

Posterior a los hechos, González Martínez confesó el crimen y llegó a un acuerdo con la Fiscalía para declarar en contra de los otros dos imputados. Pese al acuerdo, este luego decidió no testificar. Sin embargo, la Fiscalía logró utilizar el testimonio que ofreció durante la etapa de vista preliminar, tras ser declarado testigo no disponible.

González Martínez fue condenado a 105 años de cárcel el pasado 10 de enero.

Pérez Bigio y Avilés González, por su parte, enfrentaron un juicio. Estos fueron declarados culpables el 21 de noviembre de 2023 de asesinato en primer grado.

Avilés González, quien será sentenciado el próximo 12 de marzo, también fue hallado culpable de un cargo violación a la Ley de Armas de Puerto Rico.

La jueza no determinó culpabilidad por los cargos de tentativa de asesinato contra las menores.

La fiscal Ortiz Rodríguez detalló que la pugna entre Pérez Bigio y su madrastra, que desembocó en el asesinato, fue por dinero.

“Lo que surge son unos celos y una situación de dinero. Doña Hilda había empezado a trabajar con su esposo y había echado para adelante a esa compañía (de construcción). Todas las personas que fueron entrevistadas por el Ministerio Público y durante la investigación..., todos hablaron de que doña Hilda era una persona fajona, trabajadora, que puso a la compañía adelante, que la compañía empezó a progresar. Y, obviamente, eso trajo unas situaciones económicas y, aparentemente, doña Keisha lo que quería era beneficiarse de eso, pero sin realizar el trabajo. Y, al percibir a una persona que estuviera al frente de la compañía como doña Hilda, pues eso no se le hacía tan fácil”, indicó.