Los tres sobrevivientes de la masacre del 1 de enero a manos de un sujeto que quemó a ocho familiares en el pueblo de Florida continuarán por varias semanas, posiblemente meses, hospitalizados en la sala de quemados del Hospital Industrial del Centro Médicos.

El director de Sala de Emergencias de dicha institución, Ernesto Torres, destacó que, si todo sigue bien, no se supone que haya más víctimas fatales del ataque perpetrado por Justino Sánchez Díaz, quien ya enfrenta cinco cargos por asesinato.

“Si se mantienen como hasta ahora, esperamos un resultado positivo y que se les dé de alta”, manifestó Torres.
Recordó que todavía atienden a la ex cuñada del imputado, Nereida Vázquez, a su esposo y hermano de Justino, Pedro Sánchez Díaz, y la hija de ambos, Patricia Sánchez.

"Todo sigue marchando bien. Están estables. El papá y la nena se han mantenido estables, alertas, conscientes y comunicativos, con un equipo multidisciplinarios que los atiende y les limpian las heridas. Nereida tiene quemaduras en 60 por ciento de su cuerpo, por lo que continúa entubaba y en coma inducido, pero dentro de su condición, está estable. Sus laboratorios, pulmones y sistema renal están funcionando bien”, indicó Torres.

Destacó que la limpieza de las quemaduras de doña Nereida tardan entre tres y cinco horas diarias, además de terapistas que ayudan con el movimiento de sus brazos y articulaciones.

Aún no se puede hacer un estimado de cuándo serán dados de alta, pero “Nereida es la que más tiempo se va a llevar, no menos de seis meses si todo sigue bien, como hasta ahora”.

Los hechos ocurrieron el primer día del año 2011, cuando Justino citó a su familia a su hogar para una fiesta. Allí planificó el ataque, en el que resultaron ocho personas quemadas. Ya cinco fallecieron: Josefina Díaz (madre del imputado); Pamela y Jesús Sánchez Vázquez (dos de los tres hijos de Pedro y Nereida); Kate Donahue (joven estadounidense novia de Jesús); y Samuel Molina (sobrino de Justino).