Marcell Alfonso Urbina llegó desde su hogar, con sus padres, al Tribunal de San Juan, pero se fue con alguaciles hasta la Cárcel Regional de Bayamón.

Y es que el cuñado del presidente senatorial, Thomas Rivera Schatz, fue sentenciado a cumplir seis años de prisión por dos cargos de tentativa de distribución de sustancias controladas.

Alfonso Urbina se declaró culpable en octubre pasado tras llegar a un acuerdo con la fiscalía para que se le rebajaran a tentativa los dos cargos de distribución de narcóticos que pesaban en su contra.

Cuando la jueza Gisela Alfonso Fernández le dio la oportunidad de decir algo antes de emitir la pena, el ahora convicto, de 37 años, respiró profundamente.

“Yo soy una persona... soy una persona que siempre he hecho bien por mi país... Nunca he tenido problemas con la ley ni nada”, dijo Alfonso Urbina con dificultad y mirando a sus padres en sala, según presenció Primera Hora.

Al finalizar la lectura de sentencia, su abogado, Eduardo Otero Ortiz, les dijo a los padres –que no quisieron identificarse– que no se fueran, para que tuvieran la oportunidad de despedirse.

En lo que recesaban, Alfonso Urbina se veía compungido y mirando fijamente a sus progenitores, que estaban sentados en el último banco del lado derecho de la sala.

En el receso, los padres fueron adonde su hijo, quien ya estaba bajo la custodia de alguaciles, y los tres lloraron.

Según la pesquisa, Alfonso Urbina vendió cocaína a agentes encubiertos el 16 de septiembre y el 1 de octubre de 2010 en su negocio El Gordo LQ Store, en Cupey.

El hombre es hermano de la esposa de Rivera Schatz y, cuando lo arrestaron en marzo del año pasado, dijo: “Llama a Tommy”.

Pero Rivera Schatz indicó en ese momento que “nadie está por encima de la ley, y debemos erradicar el narcotráfico de nuestra sociedad para el beneficio de nuestras familias y todo nuestro pueblo”.