Xiomara Torres comenzó a llorar en silencio en plena sala del Tribunal de Bayamón tras escuchar al juez César Mercado Santaella sentenciar a 111 años de cárcel al convicto por asesinar a su hija embarazada.

José Reillo Soto, de 35 años, fue condenado hoy a cumplir 99 años de cárcel por asesinato en primer grado y 12 por violar el artículo 5.05 de la Ley de Armas tras el crimen de Thalía Liz Dávila Torres, de 17 años, ocurrido el 14 de marzo del 2012.

"Se hizo justicia. Un capítulo en la vida de uno que uno cierra", expresó Torres al salir de sala.

Según explicó durante la vista, el juez Mercado Santaella impuso la pena máxima tras acoger la moción de agravantes sometida por la fiscal Ginny Andreu, quien catalogó el suceso como un "crimen despiadado, cruel" contra una menor de edad que estaba embarazada.

El juez destacó que hubo varios detalles del informe presentencia que le “llamaron la atención”, como que el convicto le dijo al oficial sociopenal que nunca vio a Dávila Torres muerta, mientras que "cuando se sentó en la silla de los testigos, dijo otra cosa".

"En una de las dos, usted mintió", manifestó el juez, quien agregó que además, en la institución carcelaria se hace pasar por otro nombre.

Previo a emitir su sentencia, el juez preguntó a Reillo Soto si quería emitir algún comentario, a lo que el convicto se negó.

Poco antes, su abogado Héctor Santiago intentó, sin éxito, que el juez no diera paso a la moción de agravantes porque el informe presentencia fue "positivo".

La fiscal Andreu replicó que "positivo, positivo no es", al recalcar que el hoy convicto no ha aceptado su culpa, además de que dio una versión distinta al técnico sociopenal.

Según trascendió en el juicio, Reillo Soto tenía su compañera sentimental pero sostenía una relación con la adolescente, que quedó embarazada de él. Cuando la joven le dijo que esperaba un hijo, Reillo Soto le pidió que abortara y ella se negó.

Días después, el 14 de marzo de 2012, mientras familiares intentaban dar con el paradero de la adolescente, a Reillo Soto se le quedó su vehículo en el sector Las Piñas, en Vega Baja. Cuando acudieron a auxiliarlo, un amigo y familiares de la joven encontraron el cuerpo apuñalado de Dávila Torres en el interior de la guagua. En medio del incidente, el hombre recibió una paliza.