El juez William Machado Aldarondo, del Tribunal de Mayagüez, sentenció hoy a 5 años de prisión a Daniel Ortiz Torres, quien se declaró culpable de manejar en estado de embriaguez, causar grave daño corporal por embriaguez y manejar sin licencia, atropellando a Laura Pérez Hernández y a Giovanna López Albino.

La defensa del acusado intentó sin éxito impugnar la informe pre-sentencia para que la condena se limitara a una restricción domiciliaria. El Ministerio Público, representado por los fiscales José Arocho Soto y André P. Lartigaut Rivera se opusieron y argumentaron que, debido al historial delictivo de Ortiz Torres, representa un peligro para sí mismo y para la sociedad. El tribunal declaró no ha lugar a la petición de la defensa, informó el Departamento de Justicia.

“Lo peor de cometer errores es no aprender de ellos. La conducta negligente que no tiene consecuencias está destinada a repetirse. Esta es la cuarta convicción de Daniel Ortiz Torres por manejar bajo los efectos de bebidas embriagantes. Anteriormente le habían multado y ofrecido terapias. Se le han otorgado suficientes oportunidades. El acusado representa un riesgo para él y para la sociedad. Por ello le pedimos al tribunal la pena máxima, la consecuencia tiene que ser la cárcel”, manifestó el fiscal Arrocho Soto.

Se dictó sentencia condenando a Ortiz Torres a cinco años de prisión por cada uno de los dos cargos de conducir en estado de embriaguez y ocasionarle grave daño corporal a una persona, según tipificado en el artículo 7.06 de la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico. “Ortiz Torres tendrá que cumplir de manera concurrente los cinco años de cárcel que se le impusieron por el daño ocasionado a cada una de las víctimas al conducir ebrio. Esta es la pena máxima por este tipo de delito. También le impusieron $2, 000 en multas, a razón de mil por cada cargo”, explicó el fiscal.

De igual forma, fue sentenciado de forma concurrente a cumplir tres años de cárcel por el delito de conducir bajo los efectos del alcohol (Art. 7.02), tres años por un delito menos grave por provocar daño corporal (Art. 7.05) a Lisette Hernández Pecunia, madre de víctima Laura Pérez Hernández, tres años por manejar de forma negligente (Art. 5.07).

Tendrá que pagar una pena especial de $3,300 de multa, se le suspenderá la licencia de conducir por cinco años y tendrá que someterse al Panel de Impacto a Víctimas de la Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (Assmca).

La Fiscalía de Mayagüez, que lidera la fiscal de distrito Blanca Portela Martínez, solicitó una pena de restitución a favor de las perjudicadas. El tribunal concedió una vista evidenciaria, señalada para el 24 de mayo a las 2:00 p.m., en la cual se evaluarán los daños que han sufrido ambas víctimas antes de que el tribunal haga una determinación sobre el particular.

Pérez Hernández, de 27 años, quien había reclamado el máximo de la sentencia para Ortiz Torres, perdió su pierna izquierda tras ser atropellada el 27 de septiembre de 2020, en la carretera PR-102 en el área de Guanajibo Homes en Mayagüez, tras verse involucrada en dos accidentes de tránsito con menos de una hora de diferencia, por conductores ebrios.

A su salida del tribunal expresó que aunque reconoce las fallas en el sistema entiende que “mi llamado fue escuchado y le están devolviendo la confianza en el sistema”. Agregó que seguirá luchando por tantas víctimas que enfrentan estos procesos.

La joven, quien el año pasado formó parte de una campaña educativa de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito (CST) para prevenir accidentes provocados por conductores ebrios, envió una carta al juez en la que culminó afirmando que la sentencia máxima la ayudará a sanar y cerrar ese capítulo trágico en su vida.

“Señor Juez, por favor ayúdeme a sanar, yo solo quiero tener paz en medio de mi dolor y frustración. Con la justicia, vendrá también mi sanidad y podré ir cerrando capítulos de esta horrible historia que me ha tocado vivir por culpa de la irresponsabilidad de alguien más”.

“Ejemplo de justicia”

Por su parte, el director ejecutivo de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito, Luis Rodríguez Díaz, la agradeció a la fiscalía y a la judicatura su labor durante todo el proceso en el que entiende que se demostró que en estos casos sí hay consecuencias.

“Ciertamente, hoy se lleva un mensaje claro: guiar borracho es un crimen, serás arrestado. El caso de Laura Pérez es ejemplo de justicia que valida a su vez los esfuerzos educativos que la Comisión viene realizando por muchos años dirigido a erradicar una conducta antisocial y temeraria de manejar bajo los efectos del alcohol. Confiamos que esta sentencia sirva de disuasivo para todos aquellos conductores que piensen que en Puerto Rico no hay consecuencias por sus acciones criminales”.

El secretario de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández reaccionó indicando que “finalmente se hizo justicia para Laura Pérez y Giovanna López. Esperamos que igualmente tengan paz y puedan sanar el dolor que han sufrido por la conducta negligente y criminal de una persona que no midió las consecuencias de conducir ebrio y hoy tendrá que pagar encerrado en prisión por su conducta reincidente. Esperamos que este caso sirva de disuasivo para otros violadores de la ley. Nuestra solidaridad para ambas víctimas y sus familiares”, expresó el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández.

La noche de los hechos, la joven que estudiaba para revalidar como enfermera, se encontraba de camino a su casa con su abuela cuando fue impactada por un conductor bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Ella llamó a sus padres y mejor amiga para que la asistieran y se llevaran a su abuela de la escena del accidente.

Pérez Hernández se encontraba en el proceso de sacar a su abuela del auto junto a su madre y mejor amiga cuando, repentinamente, otro vehículo conducido por un hombre en estado de embriaguez invadió el carril donde se encontraban ellas y las impactó.

El conductor, fue arrestado tras sostener en la prueba de alcohol un .20% y exceder el límite de .08 % que establece la Ley 22 de Vehículos y Tránsito.

El imputado tenía historial previo por conducir bajo los efectos de bebidas embriagantes.