Familiares del agente Juan José Torres Pizarro adscrito al área policíaca de San Juan solicitaron la ayuda de la ciudadanía ya que agotó los días de su licencia por enfermedad por una lesión previa, y el sábado pasado se disparó accidentalmente en el rostro quedando su hogar prácticamente sin ingresos económicos.

Su esposa Michelle Acosta Ramos narró que el sábado pasado, a eso de las 8:00 a.m. se encontraban en su hogar en Toa Baja, preparándose para salir a celebrar con su familia el cumpleaños de su hija.

“Él estaba recogiendo el baúl y cuando creo que lo cierra se escuchó un ‘boom’, salgo y él se baja y me da el nene (que lo tenía en la falda) y está botando mucha sangre por la cara”, dijo entre lágrimas Acosta Ramos.

De camino, llamó al Sistema de Emergencias 9-1-1 donde le indicaron a qué hospital debía transportarlo y finalmente quedó recluido en el Centro Médico en Río Piedras, en espera de una cirugía para la reconstrucción de su mandíbula, una vez se recupere del COVID-19.

“Él tiene toda la mandíbula en pedazos, que hay que reconstruírsela para que pueda recuperarse. Solamente puede tomar líquido con un sorbeto”, reveló.

El agente lleva alrededor de 17 años en el Negociado de la Policía y se hacen gestiones para solicitarle a sus compañeros que donen días para que pueda cubrir parte del período de tiempo que esté sin trabajar.

Según contó Acosta Ramos, el policía hace varios años había sufrido un accidente mientras laboraba en una patrulla y estuvo un tiempo en descanso por recomendación médica ya que se afectó su columna vertebral y recientemente había sido armado para reintegrarse en sus funciones.

Durante el readiestramiento en la Academia de la Policía en Gurabo se lastimó la espalda nuevamente y por eso se le agotaron los días de su licencia de enfermedad antes del incidente del disparo accidental.

“Como estuvo un tiempo fuera lo enviaron para allá en ese momento en que le tocó ese ejercicio (tiro) se lastimó y la doctora de la Policía lo puso en descanso, una licencia de enfermedad y se estaba atendiendo con fisiatras y lo último era que tenía que ir a un neurocirujano que no encontraba ninguno que aceptara el plan. Ya no tiene horas de enfermedad y esa es la situación”, agregó.

El agente tiene una niña de 7 años de otra relación y su actual pareja una menor de 12 años y procrearon un bebé de nueve meses, que también necesitan ayuda para sus necesidades básicas como pañales desechables, entre otros artículos.

Acosta Ramos lleva a penas tres meses trabajando, solo ha acumulado dos días de su licencia por enfermedad y necesita ayuda económica mientras se rehabilita su esposo.

“La necesidad es grande por favor su ayuda, aunque sea con uno, dos o tres dólares, será agradecida”, manifestó con voz entrecortada.

Si desea contribuir puede hacerlo a través de la aplicación de ATH Móvil al teléfono (939) 484-2574.