Documentos mostrados esta mañana en la continuación del caso que lleva un exespecialista de inteligencia contra la oficina local de la fiscalía federal, así como el testimonio de una fiscal federal, parecieron dar fuerza a la alegación de que el demandante de fue objeto de acciones que podrían considerarse de represalia y hostigamiento en su ambiente laboral.

El exespecialista Francisco J. Reyes Caparrós, un veterano con discapacidad parcial que actualmente funge como abogado, acusa a la oficina de la fiscalía federal y sus líderes de someterlo a un patrón de hostilidad y discrimen laboral, que incluyó entre otras cosas que se le impidiera hacer las funciones para las que había sido contratado, le desacreditaran, fuera objeto de una campaña infundada de que podía ser un espía ruso, implementaran acciones disciplinarias en su contra, le amenazaran con evaluaciones negativas, le aislaran de otros colegas, y eventualmente lo relevaran.

Esta mañana, la abogada del demandante, Bamily López, presentó documentos ante la testigo Jaqueline Novas, asistente ejecutiva del jefa de la fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez Vélez, en los que se mostraba que al menos dos fiscales no habían cumplido con entregar a Reyes información necesaria para su labor de recopilación de estadísticas, que otro supervisor, el fiscal José Capó, había descrito como deficiente en su testimonio de días atrás.

Novas admitió que la información suministrada estaba incompleta.

Novas tampoco pudo explicar cómo es que presentaban un documento para cuestionar una solicitud de licencia de Reyes para acudir a una cita médica en el Hospital de Veteranos, cuando la fecha indicaba que la cita no había ocurrido todavía.

Posteriormente se sentó a declarar la fiscal asistente Carmen Márquez, quien relató varias instancias en  las que Reyes colaboró con ella, y resaltó que su trabajo en todos los casos fue eficiente y profesional, incluyendo un caso en que procesaban a líderes criminales y su vida se vio amenazada.

Márquez volvió a relatar el polémico episodio en que, en una reunión ante un centenar de personas, la fiscal Rodríguez Vélez se refirió en forma recriminatoria a Reyes como “el que no le cae bien a nadie y nadie lo quiere”.

Antes del receso de almuerzo, Márquez estaba en proceso de relatar haber sido víctima de represalias por haber apoyado a Reyes y sugerirle llevar una querella por discrimen contra la oficina.

La fiscal Márquez tiene actualmente un caso por verse en juicio en el que demanda a la oficina local de la fiscalía federal por un patrón de venganzas y hostigamiento laboral. Márquez ya le ganó un pleito anterior a la fiscalía federal por acoso laboral, y como parte de la resolución de ese pleito un juez federal ordenó que fuera restituida en su posición.