Testigo describe cómo acusada de fraude le hizo creer que era padre de un hijo de otra pareja
El hombre asegura pagó pensión durante dos años y medio por el menor.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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El juicio contra Jillian Anne Alexander Meléndez, la mujer acusada de una novelesca trama de hacerse pasar por trabajadora social y utilizar un menor que no es hijo suyo para hacer creer a su expareja que era hijo de ambos y ponerlo a pagar una pensión, tuvo hoy una jornada de presentación de testigos en el tribunal de San Juan.
Entre los testigos que se sentaron a declarar estuvo José Antonio Cruz Batista, el hombre que habría sido víctima del engaño. También declararon la esposa de Cruz Batista, Fabiola Otero Retamar, y el padre biológico del niño que habría sido usado para el timo, Juan Carlos Cordero Falcón.
Según ha trascendido durante las vistas del caso, la acusada conoció a la madre del menor, Nancy Martínez Marcano, hace unos cinco años, y habría comenzado a cuidar del menor desde que tenía unos dos meses de edad. Paralelamente, habría hecho creer a su expareja, José Antonio Cruz Batista, que era un hijo producto de la relación de ambos.
Alexander Meléndez enfrenta cargos por fraude y violación de la Ley para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores, en un juicio que se está viendo por tribunal de derecho ante el juez Alberto Pérez Ocasio.
Durante el interrogatorio del fiscal Orlando Velázquez Reyes, Cruz Batista explicó que conoció a la acusada en el 2017, mientras trabajaba en un taller de mecánica, y que sostuvieron “una relación consensual, por unos seis meses”.
Unos dos meses después de la ruptura, le dijo que estaba embarazada de gemelos, y que comenzó a darle dinero para que se atendiera con un ginecólogo.
A preguntas del fiscal explicó que no fue nunca a la consulta porque ella no lo permitió, pero aseguró que “le daba dinero para que se chequeara la barriga”.
El joven mecánico sostuvo además que le dio unos $1,100 para comprar coches, “car seats” y ropa.
“Luego ella se fue a completar el proceso del embarazo. Unos meses después me indicó que uno de los niños había muerto”, narró Cruz Batista. “A los tres meses vino con un niño, implicándome que era mío. Cuando vi a mi hijo comencé a darle dinero par pensión alimentaria”.
Cruz Batista dijo que le habría dado unos $100 semanales, más dinero adicional porque a cada rato le exigía más, reclamándole con insultos, incluyendo ataques por su condición de inmigrante dominicano.
“Me decía ‘hijo de la gran p…, ojalá te mueras, dominicano del diablo’”, mencionó, luego que el juez le insistiera en que repitiera algunos de los insultos.
Estimó que en total le pagó como $15,000 en esos dos años y medio que habría durado el engaño. También dijo haberle comprado una bicicleta por $250.
El fiscal mostró varias fotografías en las que Cruz Batista comparte con el niño, que asegura le llamaba papá. El joven se notó conmovido mientras reconocía las fotos y recordaba las instancias en las que las había tomado.
Luego narró el incidente en que se habría descubierto el engaño, cuando mientras guiaba por la estación del Tren Urbano de Sagrado Corazón vio a una pareja que llevaba al niño, el pasado 3 de septiembre de 2019.
“Voy a reclamarle a la pareja. Y el nene al verme me dice papá. Ahí el verdadero padre y la verdadera madre también estaban confundidos. Hubo una disputa grande. Yo reclamaba y ellos me decían que el nene era de ellos”, recordó.
Dijo que luego de conocerse la verdad, no ha vuelto a ver al niño “porque no quiero seguir haciéndome daño”.
En su turno, sin embargo, el abogado defensor de Alexander Meléndez, el licenciado Richard García Pérez, llevó al testigo a reconocer contradicciones en sus declaraciones, en particular en lo que respecta al incidente en que encontró a la pareja con el niño, y las llamadas que se habrían dado con la pareja para aclarar el asunto y poner luego la denuncia contra su clienta.
A preguntas del abogado, Cruz Batista admitió haber dicho que tocó el vientre de la acusada y sintió a los bebés moverse, pero que no sabía qué había ocurrido con esos gemelos que creía eran suyos.
El abogado sacó además un cómputo del pago de $100 semanales por el tiempo de 22 meses, y no dos años y medio que habría transcurrido pagando la pensión por el niño que no era suyo, y estimó que habrían sido $8,800 y no $15,000 la suma pagada.
También confrontó al testigo con el reporte de llamadas emitido por la compañía telefónica, y logró demostrar que había contradicción en sus declaraciones sobre cuándo habría llamado a los padres del niño y a la acusada en los momentos alrededor del incidente del encuentro en la estación del tren.
“Aquí tenemos llamadas antes de las 3:00 p.m. que fue cuando dice que ocurrió el encuentro. Tenemos 14 llamadas a ese número y usted le dice al tribunal que no sabe de quién es ese número”, cuestionó el abogado, sin que el testigo lograra explicarse.
Cruz Batista también se contradijo en cuanto a la fecha en que habrían acudido a poner la querella en la Policía.
Por su parte, Otero Retamar, una enfermera graduada que trabaja en un hospital de San Juan, explicó en su breve testimonio que luego de hablar con su esposo sobre la infidelidad que había tenido con la acusada, decidieron continuar con su relación y además hacerse responsables por el niño.
Relató los hechos del encuentro con la pareja en la estación del tren y lo ocurrido posteriormente. A preguntas del abogado defensor también aseguró haber visto en unas cinco ocasiones a su esposo darle dinero de la pensión a la acusada.
Sin embargo, también se contradijo a la hora de explicar las llamadas telefónicas, una vez confrontada con los registros de la compañía.
Aclaró que evitaba estar en presencia de Alexander Meléndez para evitar problemas, y que tras el conocerse la verdad no ha vuelto a tener contacto con ella.
“Yo me mantuve todo el tiempo alejada de ella, porque en mi mente no cabe que hiciera una cosa como esa”, sostuvo.
Por último, declaró Cordero Falcón, el padre biológico del niño, quien dijo que conocieron a la acusada cuando el niño tenía “como unos cuatro meses” y ella se ofreció a transportarlos a un hospital. Dijo que luego se identificó como una trabajadora social federal y que se ofreció para ayudar a su esposa a conseguir ayudas para el nene. Agregó que, como parte del ofrecimiento, se llevaba al niño en ocasiones para “hacerle un registro físico y emocional”.
Cordero Falcón también describió el incidente en la estación del tren. Dijo que reaccionó agresivo al reclamo de Cruz Batista, pero que se sorprendieron al ver que el niño “reaccionó como si lo conociera de hacía tiempo”, y que cuando le mostró las fotos con el menor, “la mamá reacciona de forma desesperada”. Agregó que el incidente acabó “demasiado negativo, con palabras soeces".
Alexander Meléndez se ha defendido alegando que toda la acusación se trata de una venganza de la madre del menor porque el hermano de ella habría cometido un escalamiento en su casa, y estaría tratando de evitar que vaya a la cárcel. De ese presunto escalamiento, no aparece ninguna querella.
La acusada ha alegado además que nunca se ha hecho pasar por trabajadora social y que tampoco se hecho llamar “la fiscal”, algo que salió a relucir y que achaca a la abuela del menor, que alega habría cambiado la información en la compañía de seguridad que ofrece servicio a la urbanización donde vive, porque habría trabajado para la misma.
Asimismo, alegó que su expareja estaría manteniendo una relación con la madre biológica del menor.
También indicó que el niño ha estado corriendo peligro y que a menudo le pedían ir a buscarlo. Añadió que Martínez Marcado pagaba por el servicio de cuido del menor, pero que no siempre cumplía con los pagos a tiempo, y alegó que conoció a la mujer deambulando con el menor.
El juicio continúa este martes, cuando se espera acabe el testimonio de Cordero Falcón y además se sienten a declarar Martínez Mercado y su madre, entre otros testigos.