El tiroteo ocurrido el viernes en el centro comercial Plaza Guaynabo, justo en momentos en que agentes federales encubiertos trabajaban durante una transacción de drogas, ha dado mucho de qué hablar.

Sectores apuntan a que los efectivos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), la Oficina de Investigación y Seguridad Interna, la Agencia federal Antidrogas (DEA) y la Policía no debieron exponer a la ciudadanía al hacer una labor tan delicada en el estacionamiento del centro comercial. Otros opinan que los narcos son los que dictan que las transacciones se lleven a cabo en lugares muy concurridos, con múltiples accesos para poder escapar de ser necesario.

“Los que han criticado este incidente y la forma en que los agentes trabajaron no saben nada del mundo de los policías encubiertos, donde uno no controla los eventos, sino los delincuentes. Ellos van a buscar el sitio menos conveniente para que la Policía no les pueda encontrar, por ejemplo, centros comerciales, lugares con estacionamientos amplios, rutas para irse; ésos son sitios ideales”, dijo el abogado criminalista Ignacio Rivera. También, los maleantes aprovechan lugares como cines e iglesias.

Ayer, el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) identificó a las dos víctimas fatales de la balacera como Elvin Omel Rivera Falcón y Ángel Luis Carmona Marcano. No se precisaron sus edades ni lugares de residencia.

El sábado fueron acusados por este caso Jorge Luis González Ramos, Elvin Rivera Erazo, alias “Corn Flakes”, y Alex Matías Maestre, presuntos socios de los difuntos. Al trío se le imputó la posesión de más de cinco kilos de cocaína.

Por su parte, el gobernador Luis Fortuño indicó que en su reunión semanal de seguridad se empapará de lo ocurrido para emitir una opinión.