El dentista que proveyó información de pacientes a su hermano para que cometiera fraude contra el Medicare fue sentenciado este jueves a tres años y un día de prisión y se le permitió entregarse voluntariamente una vez se sepa a qué institución penal será asignado.

Carlos López Díaz se exponía a una pena de entre seis y siete años de cárcel, pero el juez federal Francisco Besosa bajó a la mitad la sentencia por entender que "aunque su participación fue esencial, daba servicios de salud oral a ancianos y niños" y por entender que es "un hombre bueno".

Ayer Besosa sentenció a su hermano, el médico generalista José López Díaz, a 10 años de cárcel sin la oportunidad de entrega voluntaria.

Durante la lectura de sentencia, el abogado del hoy convicto, Manuel Hernández, destacó que su representado tenía un programa para ofrecer sus servicios libre de costo a ancianos y niños de bajos recursos económicos.

Tanto su abogado como su esposa y sus dos hijos mayores, de 21 y 23 años, declararon que era "un buen padre", "un hombre bueno", "cristiano", y siempre pendiente a sus otros dos hijos, de 10 y 14 años.

En un momento de dado, el abogado se emocionó cuando indicó que esta mañana, su representado llevó a sus hijos a la escuela, posiblemente por última vez en varios años.

El fiscal federal Wallace Bustelo recalcó que los hermanos conspiraron para cometer fraude contra el Medicare y cometieron robo de identidad agravada cuando Carlos le proveyó los nombres e información personal de más de 2,000 pacientes a José, quien sin trabajar y desde su residencia en la urbanización Los Paseos, llenaba facturas falsas que enviaba a Medicare. El fraude fue de más de $3.5 millones.

"Ellos querían el dinero fácil y la buena vida. Él (Carlos) fue el que le dio la información a José. Sin su envolvimiento, este caso no hubiese ocurrido. Él era la fuente de información", manifestó Bustelo.

Al momento de expresarse, el hoy convicto expresó lloroso que "me causa una gran tristeza todo esto" y que "mi única intención era mejorar la salud dental de las personas en este país".

"Jamás pensé que pasaría por este proceso, pero lo acepto con humildad. Nunca quise hacerle daño a nadie y menos a gente de la misma generación de mi papá", manifestó López Díaz.

El juez recordó que ambos fueron encontrados culpables por un jurado el 14 de junio de 2012 por hechos ocurridos entre 2006 y 2011, cuando el dentista le pasaba al médico generalista información de pacientes. El galeno emitió 10,231 facturas a Medicare por pacientes que nunca atendió, supuestamente en el Guaynabo Medical Mall, donde nunca trabajó. Éste tenía propiedades en Los Paseos, en Río Piedras, un apartamento de playa en Río Grande, otra propiedad en Ponce, más de $500,00 en joyas, autos lujosos, entre otros.

Después de cumplir en prisión, Carlos López Díaz estará tres años bajo libertad supervisada.